“La decisión de aconsejar a Su Majestad suspender el Parlamento fue ilegal porque tuvo el efecto de frustrar o impedir la capacidad del Parlamento para llevar a cabo sus funciones constitucionales sin una justificación razonable”, ha anunciado este martes la presidenta de la Corte Suprema del Reino Unido, la jueza Brenda Hale, en una sentencia histórica que marca un giro en el devenir de la actualidad política del país europeo.
El más alto tribunal ha destacado que el primer ministro británico, Boris Johnson, abusó de sus poderes al decretar la prórroga del Parlamento.
La medida fue “nula y sin efecto”, ha agregado Hale, asegurando que, por lo tanto, “el Parlamento no fue suspendido. Este es el fallo unánime de los 11 jueces” de los 12 magistrados que componen la Corte Suprema.
La decisión de aconsejar a Su Majestad suspender el Parlamento fue ilegal porque tuvo el efecto de frustrar o impedir la capacidad del Parlamento para llevar a cabo sus funciones constitucionales sin una justificación razonable”, ha anunciado la presidenta de la Corte Suprema del Reino Unido, la jueza Brenda Hale, en un fallo emitido contra la prórroga del Parlamento solicitada por el premier del país, Boris Johnson, a la reina Isabel II.
El fallo permite que el Parlamento vuelva a reunirse después de que Johnson, que no cuenta con un apoyo mayoritario en la Cámara, lograra suspender sus funciones con la aprobación de la reina Isabel II durante el período comprendido entre el 10 de septiembre y el 14 de octubre, o sea, hasta solo dos semanas antes del Brexit, a fin de conducir al Reino Unido hacia una salida sin acuerdo de la Unión Europea (UE) el 31 de octubre.
El presidente de la Cámara de los Comunes, John Bercow, ha acogido con beneplácito el fallo de la Corte Suprema y ha convocado a los diputados para una sesión de urgencia el miércoles por la mañana.
Mientras tanto, el líder de la oposición, Jeremy Corbyn, ha llamado desde el congreso anual del Partido Laborista en Brighton (en el sur del Reino Unido) a Johnson, a renunciar y convocar nuevas elecciones generales para “elegir un gobierno que respete la democracia, que respete el Estado de derecho y devuelva el poder al pueblo”.
“Debemos hacer que el Gobierno rinda cuentas de sus acciones. Ahora Boris Johnson debería dimitir”, ha destacado, a su vez, el líder del Partido Nacional Escocés, Ian Blackford, mientras a las puertas de la Corte Suprema un grupo de manifestantes coreaba “¡Johnson fuera! ¡Johnson fuera!”.
El controvertido Johnson, que se encuentra en Nueva York (EE.UU.) para participar en la 74.ª sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas (AGNU), recibe así un nuevo golpe tras los duros reveses sufridos en las últimas semanas; después de la contrariedad vivida de manos de la Corte Suprema, el premier británico ha renovado desde Nueva York su llamado a celebrar elecciones en el Reino Unido.
Antes de la suspensión parlamentaria, Johnson experimentó una rebelión entre los diputados conservadores, perdió la mayoría absoluta, vio aprobada una ley que le obligaría a pedir un nuevo aplazamiento del Brexit y vio denegada su propuesta de elecciones anticipadas para salir del bloqueo.
La suspensión provocó una ola de manifestaciones y varias demandas judiciales que desembocaron en recursos ante la Corte Suprema para declarar inconstitucional tal decisión.
Johnson insiste en la salida de su país del bloque comunitario en la fecha límite —31 de octubre—, con o sin acuerdo, pese a que la economía del Reino Unido continúa bajo la amenaza de una profunda recesión por la agitación creada por el Brexit.
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Como resultado de la incertidumbre suscitada por el Brexit, Thomas Cook, la empresa de viajes más antigua del Reino Unido y del mundo, entró el lunes en quiebra, dejando a cientos de miles de turistas varados en distintos países.
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