“La ciudad de Haifa ha sufrido un golpe económico sin precedentes. Todo se ha detenido, las calles están vacías y las tiendas cerradas”, ha dicho este martes Yona Yahav, el alcalde de la ciudad de Haifa, en el norte de los territorios ocupados.
Ha advertido de que el debilitamiento económico de Haifa afectará a todo el territorio ocupado. “Israel sólo será fuerte si el Norte es fuerte”, ha acentuado.
Durante más de un mes, el Movimiento de Resistencia Islámica del Líbano (Hezbolá) ha estado bombardeando desde el Líbano la ciudad de Haifa, importante centro turístico israelí.
Hace unos días, el periódico israelí Yedioth Ahronoth reveló que más del 80 % de los propietarios de pequeñas empresas en el este de Al-Yalil (Galilea) y los altos del Golán sirios ocupado por Israel han sufrido una disminución en sus ingresos desde el comienzo de la guerra, de modo que la mitad de ellos dejó de percibir más del 65 % de ganancias.
Lo mismo ocurre en el norte, especialmente cuando Hezbolá amplió sus operaciones, apuntando particularmente a Haifa, lo que afectó a la industria, la agricultura, el comercio y el turismo.
El lunes, los medios israelíes describieron como “locura en la Bahía de Haifa” la reacción de los colonos ante el impacto de unos 100 misiles lanzados por Hezbolá hacia Krayot y Haifa.
Según informes, estos misiles fueron el mayor y también el bombardeo más intenso sobre Krayot desde el inicio de la ronda de combate, ya que se lanzaron un centenar de proyectiles en solo cinco minutos.
El ejército ocupante admitió que los cohetes fueron disparados desde las aldeas donde estaban estacionadas sus fuerzas.
El corresponsal de del canal libanés Al-Mayadeen en el sur, a su vez, confirmó la precisión del lanzamiento de cohetes el lunes hacia el norte de la Palestina ocupada y el lanzamiento de dos misiles balísticos más hacia las posiciones enemigas.
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