“Tenemos que quedarnos, nos pidieron que nos marcháramos”, ha reiterado este viernes el portavoz de la misión de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Líbano, el italiano Andrea Tenenti, durante una videoconferencia desde Beirut, capital libanesa.
Tenenti ha agregado que la devastación y la destrucción de muchas aldeas a lo largo de la ‘Línea Azul’, e incluso más allá es “impactante”, refiriéndose a la línea trazada por la ONU, la cual separa Líbano de Israel y los altos del Golán ocupados por la entidad sionista.
El vocero ha denunciado que varios ataques directos y deliberados de las fuerzas israelíes en los últimos días y subrayado que se halló evidencia del posible uso de fósforo blanco cerca de una de sus bases.
De acuerdo con Tenenti, una investigación realizada hace unos meses detectó un rastro de posible uso de fósforo blanco por el ejército israelí cerca de una base de la FINUL, para luego añadir que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (CSNU), estaba al tanto del caso.
Las municiones de fósforo blanco no están prohibidas como arma química y su uso, generalmente para hacer cortinas de humo, marcar objetivos o quemar edificios, por parte del ejército israelí, está documentado.
Sin embargo, dado que pueden causar quemaduras graves y provocar incendios, las convenciones internacionales prohíben su uso contra objetivos militares y civiles.
El jueves 10 de octubre, la FINUL denunció que Israel llevó a cabo ataques aéreos dirigidos a su cuartel general en la ciudad de Naqura, sur de Líbano, así como a un búnker en la zona fronteriza de Labbouneh, donde se encontraban resguardadas las fuerzas de paz. La ofensiva israelí dejó a su paso una estela de destrucción, impactando tanto a los vehículos como a un sistema de comunicación vital.
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