El Departamento del Interior estadounidense en un comunicado informó el viernes que “según las instrucciones del presidente (Donald Trump), el Golfo de México ahora será conocido oficialmente como el Golfo de EEUU y el pico más alto de América del Norte llevará una vez más el nombre de Monte McKinley”.
La nota destaca que “estos cambios reafirman el compromiso de la nación de preservar el extraordinario patrimonio de EE.UU. y garantizar que las futuras generaciones de estadounidenses celebren el legado de sus héroes y sus bienes históricos”.
Conforma al Departamento del Interior, este cambio se hará efectivo definitivamente cuando la Junta de Nombres Geográficos del país norteamericano actualice la nomenclatura federal oficial en el Sistema de Información de Nombres Geográficos, “con vigencia inmediata para uso federal” a partir de ese mismo momento.
En el comunicado, respecto al golfo de América, Washington confirmó sus “contribuciones duraderas” a “la vitalidad económica de Estados Unidos”, recalcando que la decisión de Trump de cambiar formalmente su nombre no ha hecho, sino “reafirmar su importancia central para la nación”.
Mientras que sobre el monte McKinley, el pico más alto de Norteamérica, la nota pone de relieve que se ha constituido con este cambio de identidad en “un monumento a la fuerza y determinación del presidente William McKinley” --el 25º presidente de Estados Unidos--, quien “condujo heroicamente a la nación a la victoria en la guerra hispanoamericana, promoviendo una era de rápido crecimiento económico y ganancias territoriales para la nación”.
La nota oficializa la amenaza del flamante mandatario republicano anunciada el 20 de enero tras su investudura, pese al rechazo de las autoridades mexicanas y alertas de otros.
A principios de esta semana, el portavoz de las Naciones Unidas, Farhan Haq, dijo que ningún país debería cambiar unilateralmente nombres geográficos bien establecidos sin consultar a los organismos internacionales pertinentes.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, respondió a la iniciativa de Trump afirmando que el nuevo nombre solo se aplicaría en la plataforma continental estadounidense ya que el golfo seguirá siendo conocido globalmente como Golfo de México, tal como consta en los mapas europeos del siglo XVI.
Nada más llegar a la Casa Blanca, el presidente Trump dio muestras de sus intentos expansionistas, al anunciar su deseo de apoderarse de Groenlandia y el canal de Panamá.
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