Esta presentación del lobby sionista en Washington pretende que los ciudadanos se crean la fábula de que “Israel” es un aliado del pueblo estadounidense. Al contrario, el régimen de apartheid sionista es una lacra que contamina -cual cáncer- todos los estamentos de la sociedad norteamericana.
No es un secreto que el gobierno federal se encuentra en el bolsillo del sionismo y sus capitales. Pero activistas apuntan más allá, en términos de influencias.
Por ejemplo, la Junta Consultiva de Virginia e Israel o VIAB -Por sus siglas en inglés- un organismo gubernamental que se dedica a repartijas de negocios en la zona metropolitana de Washington. En lugar de asistir a la pequeña y mediana empresa estadounidense, este organismo más bien beneficia a capitales sionistas.
A pocos días de una elección entre dos candidatos que mantienen casi la misma postura con respecto al genocidio del pueblo palestino, son cada vez más los estadounidenses que se unen o se suman al movimiento en solidaridad con Palestina al descubrir que las autoridades, las arcas gubernamentales, las instituciones y otros en EE.UU. están al servicio del sionismo internacional.
La masacre de palestinos -y ahora también de libaneses- viene a ser un catalizador de opinión pública. Solo eventos históricos como la guerra de Vietnam llegaron a galvanizar a la sociedad estadounidense. Sin embargo, a diferencia de la década de los 60 y 70, en la actualidad, el proceso político y electoral norteamericano se halla comprometido a los intereses foráneos de una entidad genocida.
Marcelo Ali Sánchez, Washington.
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