Así se desprende de una declaración de un grupo de trabajo independiente y autoformado por exfuncionarios del Departamento de Estado de Estados Unidos y expertos en derecho internacional en la que cuestionan el informe que envió el viernes la Administración Biden al Congreso sobre el uso por parte de Israel de armas suministradas por Estados Unidos.
El grupo dijo que el informe en cuestión, en el mejor de los casos, es incompleto y, en el peor, deliberadamente engañoso, conforme reportó el sábado la cadena ABC News.
“La Administración debe aceptar que lo que enfrenta con su mortífera ayuda militar a las operaciones de Israel en Gaza —y más allá— no es un problema político: es un problema legal”, denunciaron los exfuncionarios y expertos.
Asimismo, señalaron que más de la mayoría de las decenas de miles de palestinos que han muerto “fueron asesinados por municiones estadounidenses”.
El Departamento de Estado estadounidense encontró que “en algunos casos” el régimen de Israel utilizó armamento facilitado por Washington de manera “inconsistente” al derecho internacional.
No obstante, matiza que no es posible verificar si Israel ha utilizado armas fabricadas por Estados Unidos en Gaza de una manera que viole las leyes internacionales, por tanto, aduce que no ha encontrado información suficiente que justifique frenar el envío de asistencia militar a su aliado, Israel, en Asia Occidental.
A finales del mes pasado, Amnistía Internacional consideró que las armas suministradas por Estados Unidos a Israel se han utilizado “en graves violaciones del derecho internacional humanitario y de los derechos humanos, y de manera incompatible con la legislación y la política estadounidenses”.
Un informe de The Washington Post indica que Estados Unidos ha realizado al menos cien envíos de armas a Israel desde octubre, cuando el régimen de ocupación declaró la guerra a Gaza.
El número de muertos en la Franja de Gaza desde que comenzó la guerra israelí el 7 de octubre superó el domingo los 35 000, según los datos del Ministerio de Sanidad gazatí. Esta cifra se conocen mientras el ejército israelí expande sus ataques en Rafah, en el extremo más meridional de la franja, de donde se estima que han huido unas 300 000 personas ante la amenaza de los constantes bombardeos.
ayk/ncl/tqi