A pesar de las detenciones y amenazas, la oposición a la guerra en Gaza sigue resonando con fuerza en los campus universitarios.
Todo comenzó, aquí, en la Universidad de Columbia en Nueva York, hace dos semanas... Un grupo de estudiantes montó tiendas de campaña en el patio del campus para pedir que Estados Unidos no envíe más armas a Israel por el genocidio que está cometiendo en Gaza.
Los estudiantes fueron amenazados con ser despedidos... La Universidad, incluso, permitió entrar a las fuerzas de seguridad para desmantelar los campamentos. Pero, fue en vano. Más tarde, se sumaron otras universidades como Vegas, North Carolina, Chapel Hill y Yale, Cornell y Washington. En un país conocido por su apoyo incondicional a Israel, cualquier acto contra Tel Aviv, es castigado con mano dura. La represión policial ha provocado la detención de cientos manifestantes, entre estudiantes y profesores.
Algunos políticos, como el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, han llamado a la intervención de la Guardia Nacional para poner fin a las protestas. Tanto en el campo demócrata, como en el campo republicano, acusan al movimiento de anitisemitismo. Los manifestantes les recuerdan que entre los movilizados, también, hay estudiantes judíos.
También, el premier israelí, Benjamín Netanyahu, ha llamado a callar las protestas por ser antisemitas. Un llamamiento que provocó la reacción del senador demócrata Bernie Sanders.
A pesar de la represión, la bola de fuego está creciendo, no solo en Estados Unidos, sino también en Europa. En Francia, un grupo de estudiantes de la Universidad Sorbona se manifestaron en solidaridad con los palestinos, con la esperanza de producir el mismo impacto que el de las universidades estadounidenses.
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