“Al-salam aleykum, creo que todos saben que soy el primero en construir un reloj y meterme en líos por ello. Construí un reloj para impresionar a mi profesora pero cuando se lo mostré creyó que la estaba amenazando”, dijo el miércoles el joven musulmán en una rueda de prensa en su domicilio, en Irving (sur).
Al-salam aleykum, creo que todos saben que soy el primero en construir un reloj y meterme en líos por ello. Construí un reloj para impresionar a mi profesora pero cuando se lo mostré creyó que la estaba amenazando”, dijo el miércoles el adolescente musulmán estadounidense Ahmed Mohamed.
Mohamed, de 14 años y apasionado por la ingeniería, fue sacado de clase, interrogado por agentes de policía y esposado para dirigirlo a un centro de detención al confundir su profesora el reloj que había fabricado con una bomba en el instituto MacArthur de la localidad texana.
Su padre, el migrante sudanés Elhassan Mohamed, ha declarado al diario local Dallas Morning News que su hijo “sólo quiere inventar cosas buenas para la humanidad, pero que se le ha maltratado por ser su nombre Mohamed y por el 11 de septiembre”.
En la rueda de prensa, el adolescente confirmó que iría a la Casa Blanca, tras haberlo invitado Obama el miércoles a través de un tuit: “genial el reloj, Ahmed. ¿Quieres traerlo a la Casa Blanca?”.
Genial el reloj, Ahmed. ¿Quieres traerlo a la Casa Blanca?, tuiteó el miércoles el presidente estadounidense, Barack Obama.
Además de anunciar que abandonará el instituto de bachillerato MacArthur, el joven Ahmed dijo que le gustaría estudiar en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (noreste).
Ingenieros de ese centro, además de la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA, en sus siglas inglesas) y de las empresas privadas Google y Facebook lo han invitado a visitar sus instalaciones.
Creo que ni se hablaría de esto si no se llamara Ahmed Mohamed, ha declarado Alia Salem, representante del Consejo para Relaciones Islámico-Estadounidenses (CAIR, en sus iniciales inglesas).
El episodio ha sido ampliamente considerado como un claro caso de islamofobia. “Creo que ni se hablaría de esto si no se llamara Ahmed Mohamed”, ha declarado Alia Salem, representante del Consejo para Relaciones Islámico-Estadounidenses (CAIR, en sus iniciales inglesas).
A tan solo 30 kilómetros del lugar de residencia de los Mohamed, en Garland, se produjo ya en enero un brote de histeria islamofóbica al congregarse miles de personas para protestar contra un evento organizado por familias musulmanas, bajo el epígrafe “Alcémonos con el Profeta contra el Terrorismo y el Odio”, para promover la tolerancia.
También en Garland, militantes sionistas organizaron en mayo un concurso de caricaturas justificado como modo de “sonar la alarma sobre la invasión musulmana en Europa y Estados Unidos”, que se saldó con dos personas muertas y una herida.
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