“El desalmado intento del Partido Comunista de China para aprovecharse de la trágica muerte de George Floyd en su propio beneficio político no tendrá éxito”, dijo el sábado el máximo diplomático estadounidense en su cuenta de Twitter.
Tras atacar al comunismo y sus principios, Pompeo afirmó que “Estados Unidos garantiza la libertad”.
Floyd, un ciudadano afroamericano de 46 años, murió el 25 de mayo durante un arresto, en la ciudad de Mineápolis, en el que un policía le puso una rodilla sobre el cuello. En un vídeo captado por un transeúnte se le escuchaba decir claramente: “¡No puedo respirar!”.
La muerte de Floyd, el más reciente caso de asesinato de un negro por un agente estadounidense, desató una ola de protestas y manifestaciones masivas en todo EE.UU. Los indignados, que siguen en las calles, denuncian la discriminación racial y la brutal represión policial en el país.
El mundo entero ha condenado la mano dura de EE.UU. contra los manifestantes que reclaman justicia para Floyd y denuncian el racismo endémico en la sociedad estadounidense.
China, igual que muchos otros países, llamó el 1 de junio al Gobierno de EE.UU. a tomar medidas concretas para cumplir con sus obligaciones de eliminar todas las formas de discriminación racial para defender los derechos legales de las minorías étnicas.
Washington, a su vez, acusó a Pekín de intentar influir en las protestas y disfrutar del caos en Estados Unidos.
En respuesta, el portavoz del Ministerio de Exteriores chino, Zhao Lijian, calificó de absolutamente infundadas las acusaciones de Washington respecto a que Pekín influye de alguna manera en las protestas en Estados Unidos, y aseguró que su país no interfiere en los asuntos internos de otros Estados.
Muchas organizaciones de derechos civiles alertan que la comunidad afroamericana es blanco de una grave e incesante ola de abusos en la que los agentes de la Policía estadounidense están involucrados.
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