Las protestas por el asesinato del afrodescendiente George Floyd a manos de un agente policial de la ciudad de Mineápolis, situada en el estado de Minesota, se extendieron a varias ciudades de Estados Unidos el viernes por la noche y en las primeras horas de este sábado, a pesar de que la Fiscalía acusó de homicidio a uno de los agentes implicados.
Cientos de personas se reunieron en varios puntos del país, como frente a la Casa Blanca, en Washington, pero también en Nueva York, Dallas, Houston, la ciudad natal de la víctima, o Las Vegas, Des Moines, Memphis y Portland. En Atlanta, se quemaron coches de policía.
Según ha informado este sábado el portavoz de la Policía de Los Ángeles, Josh Rubenstein, al menos 500 personas han sido detenidas durante las protestas en esta ciudad californiana.
Asimismo, de acuerdo con reportes de medios locales, más de 200 personas han sido arrestadas en manifestaciones similares en el condado neoyorquino de Brooklyn.
Además, informes dan cuenta de que un joven de 19 años murió durante la madrugada del viernes tras recibir un disparo mientras participaba en una protesta en Detroit (estado de Michigan).
En vídeos publicados en las redes sociales sobre las detenciones, se ve a policías golpeando a manifestantes con porras y rociándoles con gas pimienta. Si bien, en algunos casos un gran grupo de los indignados se dispersó, otros que se negaron a abandonar las calles, fueron detenidos por las fuerzas del orden.
George Floyd, de 46 años, quien murió el lunes en la ciudad de Minneapolis (norte) luego que un policía blanco lo inmovilizara contra el suelo clavándole una rodilla en el cuello por varios minutos, hecho que quedó registrado en un vídeo grabado por un transeúnte.
Diferentes expertos en asuntos internacionales aseguran que la violencia racista de la Policía de Estados Unidos es algo que pasa cada cierto tiempo mientras que el Gobierno siempre usa la fuerza para sofocar las protestas. Además, indican que el aumento de la violencia racial en este país tiene su raíz en las políticas xenófobas del presidente de EE.UU., Donald Trump.
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