El Departamento del Tesoro de EE.UU. ha publicado este jueves un comunicado, el cual da a conocer que el nombre de Salehi se ha añadido a la lista de los llamados Nacionales Designados Especialmente (SDN, por siglas en inglés) de la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC, por sus siglas en inglés).
A los incluidos en esa lista, se les congela los activos en el territorio estadounidense y cualquier tercero involucrado en tratos con ellos estaría sujeto a sanciones secundarias de Washington.
El enviado especial de EE.UU. para Irán, Brian Hook, ha señalado este jueves en una conferencia de prensa que Washington busca reducir a cero el enriquecimiento de uranio por parte de Irán.
Reiterando las típicas acusaciones estadounidenses contra Irán, Hook ha dicho que su país está determinado a impedir que “Irán produzca armas nucleares”.
A este respecto, el funcionario norteamericano ha afirmado que la OEAI ha desempeñado un papel importante en el aumento de las reservas de uranio enriquecido y el desarrollo de sus centrifugadoras de Irán.
Las sanciones contra Salehi son las últimas en la serie de restricciones económicas impuestas por EE.UU. a Irán, después de que el presidente norteamericano, Donald Trump, retirara en mayo de 2018 a su país del acuerdo nuclear con el país persa, conocido como el Plan Integral de Acción Conjunta (PIAC o JCPOA, por sus siglas en inglés).
Ante la violación estadounidense del pacto y al ver arriesgados sus intereses, dada la inacción de Europa, Irán ha respondido reduciendo gradualmente sus compromisos. Efectivamente, los artículos 26 y 36 del convenio reconoce el derecho de la República Islámica de suspender parte o todos sus compromisos asumidos en el documento, ante las infracciones de otros firmantes.
En 2015, Irán aceptó firmar un acuerdo nuclear con el Grupo 5+1 —entonces integrado por EE.UU., el Reino Unido, Francia, Rusia y China, más Alemania— en un intento por asegurar de que su programa nuclear tiene fines pacíficos y que no busca desarrollar armas nucleares.
Además, todas las actividades e instalaciones nucleares de Irán están bajo la estricta supervisión de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA).
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