La propuesta, realizada por el republicano Lindsey Graham y el demócrata Chris Van Hollen, presenta medidas restrictivas, incluidas limitaciones de visado y la confiscación de los activos, en Estados Unidos, del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, y sus ministros.
“La mayoría de los miembros del Congreso creen que sería un error abandonar a los kurdos, que han sido fuertes aliados contra el EIIL (Daesh, en árabe)”, aseveró el miércoles Graham.
Graham también añadió que, “si bien la Administración (del presidente estadounidense, Donald Trump) se niega a actuar contra Turquía, espero un fuerte apoyo bipartidista”.
La mayoría de los miembros del Congreso creen que sería un error abandonar a los kurdos, que han sido fuertes aliados contra el EIIL (Daesh, en árabe)”, dijo el senador estadounidense Lindsey Graham.
Today @LindseyGrahamSC and I are announcing a framework for sanctions against Turkey to respond to their military operation in northeastern Syria, which is already underway. These sanctions will have immediate, far-reaching consequences for Erdogan and his military. pic.twitter.com/VhzaDB2OYU
— Chris Van Hollen (@ChrisVanHollen) October 9, 2019
Dicho proyecto propone tanto medidas restrictivas contra la división energética de Turquía como el cese de los negocios militares con Ankara, incluidos los suministros de municiones, servicios y tecnología a las Fuerzas Armadas turcas.
El texto también considera la compra turca de los sistemas de defensa rusos S-400 una “significativa” transacción bajo la Ley para Contrarrestar a los Adversarios a través de Sanciones (CAATSA, por sus siglas en inglés).
El pasado domingo, Trump anunció que no mantendría a sus tropas cerca de las fronteras turcas ni apoyaría la operación militar contra las fuerzas kurdas en el norte de Siria. De esta manera, Estados Unidos dejó solo a su socio sobre terreno en el país levantino.
Para el mandatario estadounidense, los kurdos, que han dado su vida en la guerra contra el grupo terrorista EIIL no son más que un grupo paramilitar que ahora ha terminado su labor.
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La forma en la que ha procedido el mandatario estadounidense con los kurdos demuestra, una vez más, que es una persona en la que no se puede confiar, como ya ha venido probando desde que asumiera la Presidencia de EE.UU. en 2017, pues desde ese entonces ha roto una cantidad notable de acuerdos y promesas.
Ante la “traición” y “puñalada por la espalda” por parte de Trump, los kurdos sirios recurren a Damasco y Moscú y les piden apoyo para defender la región ante la megaofensiva de Turquía.
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