La embajadora estadounidense ante las Naciones Unidas, Nikki Haley, dio una entrevista ayer martes en Bogotá (capital colombiana), antes de la investidura del nuevo mandatario, y dijo que este “entiende” que su deber “no es solo liderar” las relaciones de su país con la República Bolivariana.
Tras calificar de “inaceptable” la situación actual de Venezuela, Haley señaló que Duque no debe “lidiar” de manera individual con su vecino oriental, sino implicar a “toda la región” latinoamericana en el combate contra el Gobierno de Caracas.
En el mismo día, la diplomática estadounidense se reunió con el nuevo presidente colombiano, al que describió como “socio” de Washington al que este puede “transmitir sus inquietudes” y la política que quiere ver desarrollarse en la región.
Haley informó por otra parte de que tiene previsto un viaje a la frontera entre Colombia y Venezuela, recientemente escenario de violencia, para ver por sí misma “ver exactamente la naturaleza de los desafíos” existentes por sí misma y, de modo general, la situación que se vive allí.
Con estas declaraciones, la representante norteamericana echaba leña al fuego de las tensiones entre ambos países, que ha crecido después de que, el pasado 4 de agosto, el presidente venezolano, Nicolás Maduro, fuera objeto de un “magnicidio fallido” con un dron explosivo cargado de C4.
Maduro ha advertido en reiteradas ocasiones de la “traición que suenan desde Bogotá” con la cooperación de EE.UU., y en los últimos días ha acusado al Gobierno de Colombia de organizar y respaldar a los autores del atentado contra su vida.
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