Somos testigos de una de “las peores crisis humanitarias del mundo: hambruna y un millón de personas que sufren de cólera y beben agua sucia”, denunció el domingo el senador demócrata en declaraciones a la cadena estadounidense CNN.
Sanders también se refirió a un proyecto de ley suspendido recientemente en el Senado cuya meta era poner fin al papel de EE.UU. en el conflicto de Yemen. Este país presta apoyo logístico a Arabia Saudí y a sus aliados en la brutal agresión que están perpetrando contra el pueblo yemení.
Es hora de que el Congreso de EE.UU. acepte su responsabilidad constitucional en la involucración de Washington en la agresión saudí a Yemen. No debe dejar la decisión en manos del presidente Donald Trump, insistió el senador demócrata.
“Llevamos una resolución al Senado. Tenemos 44 votos, lo cual es un buen comienzo. Si Estados Unidos se va a involucrar en una guerra, no debería ser el presidente quien tomara esa decisión (…) el Congreso debe conceder la autorización”, afirmó.
Somos testigos de una de “las peores crisis humanitarias del mundo: hambruna y un millón de personas que sufren de cólera y beben agua sucia”, denuncia el senador demócrata de Estados Unidos Bernie Sanders.
EE.UU. es uno de los principales vendedores de armas a Arabia Saudí, y esta monarquía árabe se convirtió en 2014 en el primer importador de armas del mundo.
La seguridad de Yemen se ha ido deteriorando cada vez más desde marzo de 2015, cuando el régimen saudí lanzó una campaña ilegal de ataques aéreos contra el país en un intento por restaurar en el poder al fugitivo expresidente yemení Abdu Rabu Mansur Hadi, su estrecho aliado. La campaña militar de Yemen goza del apoyo político y militar omnímodo de EE.UU. y de sus aliados europeos.
Además, la brutal ofensiva de Arabia Saudí ha provocado enfermedades como el cólera, una terrible hambruna y la destrucción, casi por completo, de la infraestructura del país más pobre del mundo árabe.
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