El general Paul J.Selva, vicepresidente del Estado Mayor Conjunto de EE.UU., ha argumentado este miércoles ante el Comité de Servicios Armados de la Cámara de Representantes del país que las armas instaladas en los bombarderos estratégicos de EE.UU. deben modernizarse, ya que dentro de 10 años no podrán, según Selva, hacer frente a los sistemas antimisiles rusos.
En este sentido, el militar ha recordado que los bombarderos B-52, base de las Fuerzas Aéreas Estratégicas de EE.UU., se crearon en la década de los 50 y 60, mientras que su munición —misiles de crucero y bombas— se remonta a los años 70, por lo que podrían considerarse obsoletos.
Defendiendo una supuesta superioridad nuclear cualitativa de su país, Selva ha subrayado que EE.UU. debe aun así modernizar su tríada nuclear en tierra, mar y aire para impedir o responder a un ataque con armas atómicas de adversarios potenciales como Rusia y China, que según él lo tendrán en todo caso difícil para lanzar un 'ataque decapitador'.
Con esta expresión, el general norteamericano se refería al lanzamiento de un primer ataque que elimine los sistemas de mando y de control, así como a la cúpula militar y los líderes políticos de su oponente, para debilitar su capacidad de represalia nuclear.
A propósito de Rusia en particular, Selva se ha referido al informe del mes pasado que indicaba que el país euroasiático ha desplegado secretamente un misil de crucero SSC-8 terrestre. El militar estadounidense ha denunciado que ese despliegue viola el "espíritu y la intención" de un tratado de control de armamentos y constituye una amenaza para la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
snr/mla/tqi/hnb