Así anunció el sábado el jefe del Estado Mayor del Ejército Popular de Corea del Norte (EPC), Pak Jong-chon, expresando alegría por el éxito logrado en los varios ensayos realizados, los cuales revistan gran importancia para el país.
Pyongyang efectuó lo que llamó una “prueba crucial” en una plataforma de lanzamiento de satélites como parte del fortalecimiento de su disuasión nuclear.
Un portavoz le comunicó a la agencia estatal norcoreana de noticias KNCA que la prueba se había llevado a cabo el viernes en el Centro de Lanzamientos de Satélites de Sohae, pero no ofreció detalles.
Se trata de la segunda prueba que se realiza en el centro de Sohae en menos de una semana.
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Pak comentó que la única manera de proteger la paz verdadera y garantizar el desarrollo y el futuro de Corea del Norte es haciendo que el equilibrio de poder se fortalezca y consolide.
Tras reiterar que Pyongyang debe estar preparado para contrarrestar los desafíos políticos y militares de los enemigos, el alto funcionario dijo que las fuerzas del país están listas para ejecutar cualquier decisión del líder de Corea del Norte, Kim Jong-un.
La Casa Blanca ha visto informes de la prueba y se está “coordinando estrechamente” con aliados coreanos y japoneses, precisó un alto funcionario de la Administración estadounidense a la cadena de noticias CNN.
Incluso, el enviado especial de EE.UU. para Corea del Norte, Stephen Biegun, llegará a la región este fin de semana para reunirse con los funcionarios de Corea del Sur y Japón.
Recientemente, Corea del Norte ha aumentado tanto la frecuencia de sus pruebas armamentistas como su retórica debido a las provocaciones de EE.UU.
El embajador norcoreano ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Kim Song, dijo la semana pasada que la desnuclearización no está sobre la mesa en las negociaciones con Estados Unidos, y que esto, según él, había sido un “truco para ahorrar tiempo” en beneficio de una “agenda política doméstica”.
Las pruebas de misiles se llevan a cabo mientras las negociaciones entre Washington y Pyongyang están en punto muerto.
Corea del Norte ha indicado en reiteradas ocasiones que abandonaría la diplomacia y podría reanudar las pruebas de armas, a menos que Washington cumpla con el plazo del 31 de diciembre, establecido por Kim Jong-un, para que Estados Unidos regrese a la mesa de negociaciones con más concesiones, incluida la eliminación de las sanciones internacionales.
Además, ha denunciado sistemáticamente que enfrenta constantes actos hostiles de EE.UU., como las sanciones, y su vecino del Sur. Washington y Pyongyang se entrevistaron en dos ocasiones: en la primera cita, en junio de 2018 en Singapur, ambos lados habían acordado una completa desnuclearización de la península, a cambio del cese de las maniobras Corea del Sur-EE.UU.
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Los diálogos de desnuclearización, no obstante, se estancaron tras la segunda cumbre, que se efectuó en febrero en Vietnam y terminó sin resultados. En la cita, Pyongyang solicitó el levantamiento de las sanciones de EE.UU., a cambio del desmantelamiento de la planta nuclear de Yongbyon, sin embargo, Washington rechazó la propuesta norcoreana.
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