El bloque europeo ha impuesto este lunes sanciones a unos cuatro funcionarios chinos por supuestos violaciones de los derechos humanos en contra las minorías que viven en el gigante asiático.
En este sentido, mediante un comunicado dado a conocer en la misma jornada, el Ministerio de Exteriores chino ha rechazado enérgicamente las sanciones de la UE y ha acusado a los Veintisiete de interferir “gravemente” en los asuntos internos del gigante asiático.
Asimismo, Pekín ha instado a la UE a “dejar de sermonear a otros sobre derechos humanos e interferir en sus asuntos internos” pues, de lo contrario, China “reaccionará de manera resuelta”, se lee en el texto.
Tachando las acusaciones de la UE contra China de “mentiras y desinformación”, la publicación ha advertido que las medidas coercitivas del bloque comunitario “socavan gravemente” las relaciones entre ambas partes.
Ojo por ojo, diente por diente
Como un adelanto de lo que puede ser su represalia, China ha anunciado sanciones contra diez funcionarios y cuatro entidades de la UE, a los que acusa de “dañar gravemente la soberanía” y los intereses del país asiático.
Según el documento, estas personas, sus familias, las empresas e instituciones acuciadas no pueden entrar a China ni hacer negocios con Pekín.
China y la UE mantienen tensiones sobre diversos temas. En 2020, Bruselas impuso embargos a Pekín por la Ley de Seguridad para Hong Kong, una legislación que según las autoridades chinas fortalece la soberanía del país.
China ha reiterado en múltiples ocasiones que los informes sobre Xinjiang son “absolutas falacias”, y había advertido que imponer sanciones en su contra, en base a estas afirmaciones, tendrá consecuencias.
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