Un grupo armado, identificado como el Ejército de Liberación de Baluchistán, afirmó haber detonado un explosivo en la vía férrea antes de tomar rápidamente el control del tren.
El grupo aseguró haber tomado rehenes, incluidos miembros de las fuerzas de seguridad, aunque el número exacto de personas bajo su custodia no estaba claro.
Los atacantes hicieron estallar la vía antes de irrumpir en el tren, hiriendo a varias personas, entre ellas el conductor, en una zona remota y montañosa de la provincia de Baluchistán.
Inicialmente, las autoridades informaron que los militantes, fuertemente armados, habían tomado como rehenes a decenas de pasajeros y estaban utilizando a mujeres y niños como “escudos humanos”.
"Alrededor de 350 pasajeros, incluidas mujeres y niños, están a salvo, y un tren de ayuda llegará al área donde ocurrió el ataque", declaró el alto oficial de policía del distrito, Rana Dilawar.
El gobierno de Baluchistán negó la presencia de oficiales militares en el tren. Sin embargo, fuentes oficiales, que pidieron no ser identificadas por no estar autorizadas a hablar públicamente, aseguraron que en el convoy viajaban más de 150 agentes de seguridad.
El ministro del Interior de Pakistán, Mohsin Naqvi, condenó el ataque y declaró que “las bestias que disparan contra pasajeros inocentes no merecen ninguna concesión”.
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