La primera explosión tuvo lugar en el interior de la catedral de Nuestra Señora de Monte Carmelo, en el centro de la isla sureña de Joló, cuando se celebraba la misa, y la segunda se produjo en el estacionamiento cuando llegaba un grupo de militares, explicó el portavoz regional del Ejército filipino, Gerry Besana.
A través de un comunicado, la banda takfirí Daesh reivindicó la autoría del atentado, señalando que dos terroristas suicidas detonaron sus cinturones de explosivos dentro de la iglesia y en su estacionamiento.
La isla de Joló, desde hace tiempo sufre la presencia del grupo terrorista Abu Sayyaf —afiliado a la banda terrorista Daesh—.
El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, mediante su portavoz, Salvador Panelo, prometió “aplastar” a los “impíos criminales” que perpetraron los letales atentados.
El papa Francisco, la Unión Europea (UE) y varios países como Irán condenaron los ataques que también dejaron 77 heridos.
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