El presidente estadounidense, Donald Trump, anunció el miércoles que su país reconoce Al-Quds (Jerusalén) como la capital del régimen israelí, y ordenó que la embajada de Estados Unidos se traslade de Tel Aviv (oeste de la Palestina ocupada) a la urbe usurpada por Israel.
En respuesta, el primer ministro malasio Nayib Razak, ha asegurado que Kuala Lumpur jamás reconocerá Al-Quds como capital del régimen de Tel Aviv.
“Debemos expresar claramente nuestra postura para que el mundo escuche la voz de los musulmanes de Malasia, rechazamos y en los términos más contundentes la sugerencia de que Beit Al-Muqaddas sea capital de Israel”, ha indicado Razak, utilizando uno de los nombres de la mezquita de Al-Aqsa, ubicada en Al-Quds.
Citado este jueves por el diario local The Star, el premier malasio ha recalcado que el gobernante partido de la Organización Nacional de los Malayos Unidos (UMNO, por sus siglas en inglés) jamás aceptara una decisión que implique “un insulto” al Islam y a los musulmanes dentro o fuera de ese país del sureste asiático.
Debemos expresar claramente nuestra postura para que el mundo escuche la voz de los musulmanes de Malasia, rechazamos y en los términos más contundentes la sugerencia de que Beit Al-Muqaddas sea capital de Israel”, ha indicado el primer ministro malasio, Nayib Razak.
El presidente de Indonesia, Joko Widodo, por su parte, ha condenado “en duros términos” la referida decisión de Washington y ha pedido a la Casa Blanca que la revise.
“Indonesia condena en duros términos que Estados Unidos reconociera de manera unilateral Jerusalén como capital de Israel y pide a Estados Unidos que revise esta decisión”, ha indicado Widodo en una rueda de prensa celebrada este jueves en Yakarta, capital.
De igual modo, ha advertido de que esta medida socavará la seguridad y estabilidad a nivel mundial.
El diario chino China Daily a su vez ha advertido de que reconocer Al-Quds como capital de Israel no beneficiará los intereses nacionales de Estados Unidos ni los futuros intentos por alcanzar una paz en la región del suroeste de Asia.
La decisión polémica del inquilino de la Casa Blanca ha provocado duras críticas y condenas del mundo musulmán y varios otros países. El presidente de Francia, Emmanuel Macron, consideró “lamentable” tal medida, ya que podría poner en peligro la seguridad internacional.
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