Boaz Bismuth alegó que Israel no permitirá que surja una fuerza militar en Siria tras la caída del Gobierno de Bashar al-Asad, y remarcó que el gobierno de facto sirio debe estar bajo pleno dominio israelí. “Nos aseguraremos de que quede bajo nuestro control”, remató.
Los comentarios pusieron en evidencia los antiguos objetivos israelíes de remodelar Asia Occidental por la fuerza, y en tal sentido, el político israelí expresó que Siria es el puente de la entidad ocupante “hacia el Éufrates, y en el futuro llegaremos a Irak y al Kurdistán”.
El extremista también expresó su deseo de que toda la región se subordinase a las políticas israelíes, incluida Siria, al igual que Jordania. “Para ello, esos países no pueden tener ninguna capacidad militar”, dijo.
“Despertamos al rey de Jordania en mitad de la noche para obligarlo a cumplir nuestras órdenes”, subrayó Boaz Bismuth en sus declaraciones abiertamente expansionistas.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, dijo recientemente que el régimen no tolerará la presencia de Hayat Tahrir al-Sham (HTS), ni de ninguna otra fuerza afiliada a los nuevos gobernantes en el sur de Siria.
También señaló que las tropas del régimen permanecerán estacionadas en la llamada “zona de amortiguación”, tomada tras la caída de Al-Asad, dentro de los Altos del Golán ocupados, aprovechando la inestabilidad política en el país árabe.
La zona de amortiguación fue creada por las Naciones Unidas después de la guerra árabe-israelí de 1973. Desde entonces, una fuerza de la ONU de unos 1100 soldados patrullaba la zona. Tras la caída de Asad, el ejército israelí se adentró en ella.
El régimen israelí ha ocupado unos 600 kilómetros de territorio sirio desde la caída de Al-Asad, mientras HTS permaneció visiblemente en silencio ante la agresión israelí sin precedentes, negándose a condenar el robo de tierras.
Desde la caída del presidente Al-Asad, el régimen israelí llevó a cabo casi 500 ataques aéreos en toda Siria, dirigidos contra infraestructuras civiles y militares críticas, y se adentraron en suelo sirio, en clara evidencia de sus intereses expansionistas.
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