A Lara al-Qasem, una estudiante de la Universidad de Florida (EE.UU.), le negaron el martes pasado la entrada a los territorios ocupados palestinos, y los efectivos del servicio de seguridad israelí, Shin Bet (una abreviatura hebrea de dos letras del nombre), la retuvieron en el aeropuerto Ben-Gurion.
El sistema judicial de Israel ratificó la decisión de impedir la salida de la activista de nacionalidad galesa-catarí acusada de participar en actividades relacionadas con el internacional Movimiento Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS) contra el régimen de Tel Aviv.
El ministerio israelí de asuntos estratégicos, por su parte, aseguró que la estudiante pretendía usar la visita a los territorios ocupados como una “nueva plataforma para las actividades antisraelíes”, según publicó el domingo al diario local The Jerusalem Post.
Al-Qasem permanecerá en el aeropuerto hasta que la corte israelí aclare su estatus con el ministerio de asuntos estratégicos, mientras Yotam Ben-Hallel, abogado de Al-Qasem, dijo a The Jerusalem Post que esperaba que se atienda esta semana su apelación para que su defendida pueda abandonar el aeropuerto.
El diario Haaretz afirmó el domingo que el ministerio israelí del interior rechazó la petición de un grupo de académicos de la Universidad Hebrea de Jerusalén (Al-Quds) para visitar el lugar de detención de la activista de 22 de años.
Un funcionario de la embajada estadounidense en los territorios ocupados palestinos dijo a Haaretz que la misión diplomática estaba ofreciendo asistencia consular para “resolver el caso” de la estudiante detenida.
El régimen de Tel Aviv reprime con frecuencia a los grupos que amparan la campaña mundial de BDS, cuyo objetivo es poner fin a la violencia ejercida por Israel a lo largo de más de medio siglo contra millones de palestinos, y de ejemplo palmario de tal violencia sirva el devastador asedio ilegal que castiga y asfixia colectivamente a los palestinos en la Franja de Gaza.
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