En una carta dirigida a los líderes de la Cámara de Representantes y el Senado de Estados Unidos, el líder del partido opositor israelí Yesh Atid, Yair Lapid, indicó el domingo que ese país debe abandonar el Comité de Derechos Humanos de Naciones Unidas (UNHRC, por sus siglas en inglés) y casi ordenó al Congreso de Estados Unidos que deje de financiar dicho organismo internacional.
"Llamo al Congreso de Estados Unidos a que deje de financiar al Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas", apuntó Lapid en su carta.
Llamo al Congreso de Estados Unidos a que deje de financiar al Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas", apuntó el líder del partido Yesh Atid, Yair Lapid, en su carta.
Tachando al Comité de Derechos Humanos de ONU de “núcleo podrido de la campaña antisemita”, Lapid destacó que la posible salida de Washington de este organismo implicaría que “los derechos humanos dejen de usarse a favor de la campaña contra Israel y la comunidad judía”.
Citado por el diario local Jerusalem Post, el legislador israelí además expresó su deseo de que, tras los Estados Unidos, otros países opten por salir del organismo.
El sábado se divulgaron informes sobre que la Administración del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, contempla retirar al país del UNHRC, pues considera que este organismo es “antisraelí por naturaleza”.
El Observatorio de Derechos Humanos (HRW, por sus siglas en inglés) reaccionó y calificó esta medida de “equivocada” y con “poca visión del futuro”.
A decision by #Trump admin to pull out of #UN #HRC over criticism of #Israel's policies & effectiveness would be misguided & shortsighted https://t.co/earlv5XhCo
— louis charbonneau (@loucharbon) February 26, 2017
En un informe publicado la misma jornada del domingo en su página oficial, el director del HRW, Louis Charbonneau, comentó que la referida medida no beneficiaría a EE.UU. y neutralizaría los esfuerzos de las Naciones Unidas para “proteger” los derechos humanos en todas las partes del mundo.
De igual manera, advirtió de que la puesta en práctica de la decisión de la Casa Blanca, podría “debilitar a los aliados de Estados Unidos”, y otorgar la “oportunidad” a ciertos países, como Arabia Saudí, de obstaculizar la tarea del ente en cuestión.
Cabe mencionar que el régimen de Israel tiene muchas expectativas respecto a la Administración de Trump y confía en su apoyo para llevar a cabo sus planes expansionistas y políticas antipalestinas.
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