Arabia Saudí ha abierto este martes las puertas del gran foro económico titulado “Iniciativa de Inversión Futura”, celebrado en la capital, Riad, en medio de un boicot y la masiva ausencia de los medios de comunicación, empresas, inversores, así como de personalidades del mundo político y de los negocios debido al asesinato del periodista Jamal Khashoggi.
En la larga lista de personalidades que no asistieron al foro de Riad figuran: la directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde; el presidente del Banco Mundial (BM), Jim Yong Kim; el secretario del Departamento del Tesoro estadounidense, Steven Mnuchin; el ministro francés de Economía, Bruno Le Maire, y el secretario de Comercio Internacional del Reino Unido, Liam Fox.
Boicotearon también la referida cumbre diferentes medios de comunicación, entre ellos: los rotativos norteamericanos The New York Times y Los Angeles Times, el portal estadounidense Bloomberg, y diarios británicos como The Economist y The Financial Times.
De hecho, el foro también denominado “Davos del desierto” se inauguró en una ceremonia llena de sillas vacías, circunstancia que obligó al príncipe heredero saudí, Muhamad bin Salman, a abandonar el evento después de quince minutos sin dar un discurso como estaba previsto.
Bin Salman, con este foro que durará hasta el jueves, pretendía presentar a Arabia Saudí como un destino comercial lucrativo en un intento para diversificar su economía que depende absolutamente del petróleo, no obstante, el escándalo del asesinato de Khashoggi en el consulado saudí en Estambul (Turquía) ha frustrado todos sus planes, al revelar la verdadera cara de Riad a la comunidad internacional.
Después de que se perdiera el rastro de Khashoggi tras su ingreso el 2 de octubre en dicho consulado, Riad ofreció distintas versiones de lo ocurrido. En un principio, las autoridades saudíes afirmaron que Khashoggi había abandonado la sede diplomática, pero, después de 18 días, y ante las evidencias, se vieron obligadas a confirmar su muerte, aunque la achacaron a un “pelea”.
El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, ha asegurado este martes que “las pruebas indican que Khashoggi fue asesinado de manera salvaje y que se trató de encubrir el crimen. Las pruebas indican, sin lugar a dudas, que el crimen fue planificado”, denuncia.
Diversos expertos en asuntos internacionales arguyen que el asesinato de Khashoggi, un residente permanente en EE.UU. y columnista del diario estadounidense The Washington Post, se produjo por orden directa de Bin Salman, responsable de la agresión saudí a Yemen y por tanto de la muerte de miles de personas y de una crisis humanitaria sin precedentes, también estuvo involucrado en el “secuestro” del premier libanés, Saad Hariri en 2017.
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