El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que desde su llegada a la Casa Blanca trata de mejorar la posición mundial de Israel, anunció el pasado 13 de agosto un acuerdo alcanzado por los Emiratos Árabes Unidos (EAU) y el régimen de Tel Aviv para normalizar sus relaciones.
A finales de agosto, el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, hizo una visita a Baréin y no pasó mucho tiempo para que Trump anunciara el 11 de septiembre la decisión de Manama de querer normalizar nexos con el régimen ocupador, siguiendo los pasos de los EAU.
El inquilino de la Casa Blanca afirmó el martes que se están fraguando otros cinco acuerdos de paz entre Israel y otras naciones árabes, pero no dio más detalles.
Aunque los medios señalaron a Marruecos y a Mauritania como dos de los países que podrían seguir la estela de los EAU y Baréin, dichos Estados africanos no han demostrado hasta el momento el menor interés al respecto.
Nada más conocerse el pacto israelí-emiratí, Marruecos denunció cualquier forma de normalización con Israel. “Nos negamos a normalizar las relaciones con la entidad sionista porque esto lo alentará a quebrantar aún más los derechos del pueblo palestino”, dijo en su día el primer ministro Saad-Eddine El-Othmani.
Asimismo, fuentes de los círculos diplomáticos marroquíes rechazaron y tacharon de “fake news” (noticias falsas) un informe publicado por el diario israelí The Jerusalem Post que afirmaba que Marruecos e Israel supuestamente están listos para establecer vuelos aéreos directos.
En 1993, Marruecos e Israel tenían lazos diplomáticos de bajo nivel tras la firma de los Acuerdos de Oslo entre los palestinos y los israelíes. Sin embargo, Rabat suspendió tales relaciones tras el estallido de la Segunda Intifada (levantamiento) palestina en 2000.
En Mauritania, los partidos y las organizaciones de la sociedad civil han expresado su oposición a la normalización de las relaciones con el régimen de Tel Aviv. Por otro lado, el Gobierno mauritano, aunque elogió el acuerdo entre Israel y los EAU, no ha anunciado ninguna decisión sobre tomar una medida similar a los emiratíes.
La ofensiva israelí contra Gaza condujo en 2009 al entonces presidente mauritano Muhamed Uld Abdel Aziz a congelar lazos con el régimen sionista, 10 años después de que el exlíder Muauiya Ould Taya intercambiara en 1999 embajadas con Israel, pese a una negativa nacional.
Los países musulmanes han protestado contra los pactos de normalización entre los EAU y Baréin con Israel —que fueron firmados el martes en la Casa Blanca, en presencia de los líderes de las tres partes, junto a Trump, quien ha sido el mediador principal de los acuerdos— por suponer una traición a la causa y al pueblo oprimido de Palestina, pues cierra los ojos a los crímenes israelíes en los territorios ocupados.
Entretanto, muchos han vinculado los esfuerzos de EE.UU. por facilitar tales acercamientos con las ambiciones electorales de Trump de cara a los comicios presidenciales que tendrán lugar en EE.UU. el próximo 3 de noviembre, mientras varios analistas indican que Washington busca unir a los países del Golfo Pérsico en un frente contra Irán y seguir con el conflicto en la región.
Palestina ha alertado del colapso de la seguridad nacional árabe a causa del acercamiento a Israel, asegurando que no habrá paz en la región mientras dure la ocupación israelí.
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