La Misión de Asistencia de las Naciones Unidas en Afganistán (UNAMA, por sus siglas en inglés) condenó la escalada de violencia en Helmand (sur) que provocó la muerte de al menos 25 civiles, la mayoría mujeres y niños.
"La UNAMA reitera la necesidad de que todas las partes del conflicto cumplan estrictamente sus obligaciones en el marco del derecho humanitario internacional y tomen todas las medidas posibles para proteger a los civiles", según un comunicado de la misión difundido el domingo.
La UNAMA reitera la necesidad de que todas las partes del conflicto cumplan estrictamente sus obligaciones en el marco del derecho humanitario internacional y tomen todas las medidas posibles para proteger a los civiles", dice un comunicado de la Misión de Asistencia de las Naciones Unidas en Afganistán.
El texto precisa que al menos 18 civiles murieron debido a los ataques de las tropas de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), comandadas por EE.UU., contra los insurgentes talibanes en el distrito de Sangin, en Helmand, los días 9 y 10 de febrero.
No obstante, Jabar Qahraman, enviado presidencial de Afganistán para la seguridad en Helmand, aseguró el domingo que, en los ataques aéreos de la coalición contra dicha provincia el pasado día 9 de febrero, murieron 22 civiles.
El funcionario afgano explicó que 13 de las víctimas mortales eran miembros de una familia y nueve de otra, pero acusó a los talibanes de usar a los civiles como escudos humanos en la región.
Hamed Gul, un local, dijo a los medios que había perdido a nueve miembros de su familia, entre ellos, a su madre y a su hermana, en los mortales ataques aéreos de la OTAN. "Es mentira que estaban atacando a los talibanes", sostuvo.
Los talibanes sí perpetraron el 11 de febrero un ataque suicida contra militares afganos cerca de Kabul Bank en Lashkar Gah, capital de Helmand, y siete civiles perdieron la vida.
La semana pasada la UNAMA puso en circulación un informe impactante sobre la cifra de bajas civiles en 2016 en Afganistán. Según el documento, cerca de 11 500 civiles murieron o resultaron heridos en ese año: un tercio de los cuales eran niños. Este es el peor balance anual desde 2009, año en que comenzó este censo de víctimas.
En 2001, Washington y sus aliados invadieron Afganistán en el marco de la llamada “guerra contra el terrorismo”. La ofensiva apartó del poder a los talibanes, pero la inseguridad, pese a la presencia de miles de soldados extranjeros — 8400 de ellos estadounidenses—, sigue campando por gran parte del territorio afgano.
ftm/nii/