Los cazabombarderos estadounidenses y británicos han atacado siete veces la madrugada de este lunes el distrito de Harf Sufyan en la gobernación de Amran; y han llevado a cabo dos incursiones en la zona de Al-Rahba, en el distrito de Al-Safra, en la gobernación de Saada.
Todavía no se han reportado posibles víctimas humanas, aunque las anteriores incursiones estadounidenses-británicas causaron muchas víctimas entre la población civil y daños significativos en las infraestructuras del empobrecido país árabe.
Las agresiones se produjeron un día después de que ambos países atacaran varios objetivos en Saná, la capital yemení, y una aldea en la provincia occidental de Al-Hudayda, donde el ataque provocó la pérdida de gran parte del ganado de los aldeanos.
Londres y Washington forman parte principal de una coalición marítima que busca proteger los intereses de Israel en el mar Rojo y aguas circundantes. En este contexto, lanzan tales agresiones con el propósito de presionar al Gobierno yemení para que detenga el bloqueo naval impuesto al régimen israelí y sus ataques contra objetivos de los sionistas en apoyo al pueblo palestino en Gaza que sufre una guerra genocida lanzada por Israel desde octubre de 2023.
No obstante, las Fuerzas Armadas de Yemen aseguran que se mantendrán firmes en apoyo a Gaza y el Líbano, este último que es blanco de bombardeos israelíes desde hace más de un año.
En este sentido, el líder del movimiento popular yemení Ansarolá, Seyed Abdulmalik Badreddin al-Houthi, aseguró en declaraciones hechas el jueves que nadie, ni el saliente presidente estadounidense, Joe Biden, ni el venidero inquilino de la Casa Blanca, Donald Trump, puede detener las operaciones militares de Yemen en apoyo a Gaza.
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