Así decretó el miércoles el Ministerio de Asuntos Exteriores de Yemen, a través de una carta dirigida a Peter Hawkins, coordinador humanitario interino de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Yemen, después de que Estados Unidos y el Reino Unido llevaran a cabo una nueva ronda de agresiones militares en todo el país árabe en respuesta a los ataques de las Fuerzas Armadas yemeníes contra los buques vinculados al régimen de Israel.
“El Ministerio (...) quisiera enfatizar que deben informar a los funcionarios y trabajadores con ciudadanía estadounidense y británica que se preparen para abandonar el país dentro de 30 días”, se lee en la carta.
La misiva también asevera a las organizaciones extranjeras de que no deberían contratar a los oriundos de Estados Unidos y del Reino Unido para las operaciones en Yemen.
A su vez, el portavoz del movimiento popular yemení Ansarolá, Mohamad Abdel Salam, consultado por la agencia británica Reuters, confirmó la autenticidad de la aludida carta.
En un comunicado, la embajada de Estados Unidos en el país árabe anunció que estaba al tanto de los informes sobre la carta, no obstante, “no puede hablar en nombre de la ONU o de las organizaciones humanitarias en Yemen” sobre lo que pudieron haber recibido de las autoridades yemeníes.
La embajada británica en Saná, capital de Yemen, sin embargo, no respondió de inemediato a una solicitud de comentarios, pero no se le ha ordenado a su personal que abandone el país árabe. La misión diplomática afirma que está en estrecho contacto con la ONU sobre el caso.
Batalla en mar Rojo: ¿Quién es quién?
A finales del miércoles, el Ejército de Yemen informó de sus precisos ataques contra varios buques de guerra de Estados Unidos con misiles balísticos en el estrecho de Bab El-Mandeb, cita en el extremo sureño del mar Rojo.
Las aguas del mar Rojo han sido últimamente el foco de tensión por los ataques propalestinos de los combatientes yemeníes, bajo paraguas del Ejército del país, contra los buques israelíes o cualquier embarcación vinculada con el régimen de Tel Aviv.
En respuesta a tales ofensivas, Estados Unidos y el Reino Unido, a la cabeza de una coalición marítima, han emprendido una operación contra Yemen, con una escalada de ataques apuntada a la infraestructura del país más pobre del mundo árabe, que tiene en la mano el impulso de la economía israelí.
La operación, sin embargo, no ha podido desdeñar la voluntad de los yemeníes para apoyar al pueblo palestino. Es más, desde que el duo Washington-Londres inició a mediados de enero su agresión coordinada contra Yemen, se han intensificado las lluvias de cohetes y misiles balísticos contra los barcos enemigos en el mar Rojo.
