De acuerdo con una fuente militar yemení citada anónimamente por la televisión por satélite Al Masirah, el Ejército yemení ha vuelto a bombardear el aeropuerto saudí con múltiples aviones no tripulados (dron) Qasef-K2, de fabricación propia.
“Tras esta operación, que se llevó a cabo en la madrugada de hoy (viernes), quedaron suspendidos todos los vuelos del aeropuerto”, ha agregado la misma fuente, sin ofrecer más detalles.
La incursión aérea yemení, realizada en represalia por los incesantes bombardeos saudíes, ha sido corroborada por las autoridades saudíes, que indicaron haber interceptado cinco aeronaves no tripuladas lanzadas contra el aeropuerto de Abha, ubicado a unos 200 kilómetros de la frontera con Yemen.
Se trata del segundo ataque en dos días contra el mismo aeródromo saudí, que fue también alcanzado el miércoles por un misil de crucero de los comités populares yemeníes. En concreto, el proyectil impactó contra la torre de control y ocasionó que el tráfico aéreo fuera interrumpido durante varias horas.
La semana pasada, el Ansarolá anunció su nueva estrategia para afrontar la cruenta guerra saudí, al tiempo que advirtieron de “grandes sorpresas” en los próximos días si Riad y sus aliados regionales, como los Emiratos Árabes Unidos (EAU), no paran los bombardeos y el bloqueo naval y aéreo a Yemen.
Tras esta operación, que se llevó a cabo en la madrugada de hoy (viernes), quedaron suspendidos todos los vuelos del aeropuerto”, dice una fuente militar yemení en alusión a un ataque realizado con drones contra el aeropuerto internacional de Abha, en el suroeste de Arabia Saudí.
Según Muhamad Abdul Dalam, un vocero oficial de Ansarolá, “paralizar los aeropuertos de Arabia Saudí es el camino más corto para levantar el bloqueo impuesto por la coalición sobre el aeropuerto de Saná”.
El Ejército y el movimiento Ansarolá han advertido una y otra vez a los países agresores que los “objetivos legítimos” de sus hombres no se encuentran sólo en el interior del suelo yemení, sino también en Arabia Saudí y los EAU.
La guerra en Yemen comenzó en marzo de 2015, cuando Riad y sus aliados, contando con la luz verde de EE.UU., lanzaron una campaña de ataques aéreos contra el país más pobre del mundo árabe con miras a restaurar en el poder al expresidente fugitivo yemení, Abdu Rabu Mansur Hadi, objetivo aún no alcanzado.
En abril, el proyecto Datos sobre Localización y Acontecimientos de Conflictos Armados (Acled, por sus siglas en inglés), una organización sin fines de lucro que investiga sobre las víctimas en Yemen, anunció que la cifra de muertos en la guerra liderada por los saudíes ha superado ya los 70 000, mientras Naciones Unidas estima que de no ser detenido ahora el conflicto, la cifra de muertos alcanzará los 233 000 para el final del año 2019.
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