“AI insta a todos los Estados a asegurar que ninguna de las partes en el conflicto en Yemen tenga acceso ―directa o indirectamente― a armas, municiones, equipamiento militar o la tecnología (...) hasta que cesen las violaciones graves”, según el comunicado.
La organización también ha añadido que ha documentado una serie de violaciones de derechos humanos y de derechos humanitarios, entre ellos posibles crímenes de guerra en el conflicto de Yemen.
AI insta a todos los Estados a asegurar que ninguna de las partes en el conflicto en Yemen tenga acceso ―directa o indirectamente― a armas, municiones, equipamiento militar o la tecnología (...) hasta que cesen tales violaciones graves", según la Amnistía Internacional (AI).
El llamado a un embargo va más allá de las sanciones internacionales existentes que la resolución 2216 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU) impuso el pasado mes de abril a las partes involucradas en el conflicto de Yemen.
AI se refiere también a la resolución no vinculante adoptada el 25 de febrero por el Parlamento Europeo (PE), que reclama un embargo sobre la entrega de armas a Arabia Saudí, pero no a otras partes en el conflicto.
Parlamento Europeo busca prohibir venta de armas a Arabia Saudí por sus crímenes en Yemen https://t.co/piyBpVEjoC pic.twitter.com/s5RUso49i7
— HispanTV (@Hispantv) February 14, 2016
AI también hizo hincapié el pasado septiembre en que Arabia Saudí y sus aliados obstaculizan las investigaciones sobre conflicto yemení e instó a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) a investigar las violaciones de los derechos humanos en dicho país.
Asimismo la organización afirmó a mediados del pasado enero que tiene nuevas evidencias del uso de las bombas de racimo por Arabia Saudí y sus aliados en Yemen, algo que el régimen de Riad negó en su momento.
Desde el 26 de marzo del 2015, Yemen es blanco de una ofensiva saudí que, hasta el momento y de acuerdo con cifras divulgadas por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), ha dejado, entre muertos y heridos, más de 32.000 víctimas, en su mayoría civiles.
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