Las calles de Londres, la capital británica, han sido escenario de las protestas antigubernamentales más grandes de 2023, hasta el momento, con manifestantes sentados frente a los departamentos del Gobierno, el Parlamento y la oficina del primer ministro.
Más de 200 asociaciones se han sumado al segundo día consecutivo, de las cuatro manifestaciones programadas por la organización ecologista Extinction Rebellion, para denunciar los “fracasos medioambientales y sociales” de la Administración y reclamar más medidas contra el combustible fósil.
Según los organizadores, unos 60 mil manifestantes participaron este sábado en la iniciativa, bautizada como The Big One (La más grande), con pancartas y disfraces de animales desde la avenida de Westminster, pasando por varios edificios oficiales, hasta la plaza del Parlamento, donde los manifestantes se echaron al suelo, escenificando una “muerte colectiva”; un espectáculo simbólico en memoria de la biodiversidad perdida.
Entre los carteles que muchos portaban, algunos rezaban lemas como “Defendemos el clima, pero la policía nos arresta”.
Los convocantes plantean dos demandas al Ejecutivo del primer ministro, Rishi Sunak: que ponga fin a todos los nuevos proyectos de petróleo, gas y carbón; y que organice asambleas de ciudadanos para que la gente pueda contribuir a decidir cómo acabar con la era de los combustibles fósiles.
Los ecologistas tienen previsto intensificar su campaña si el Gobierno “no responde adecuadamente” a sus reclamos, mientras que el lunes volverán a salir.
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