Con una crisis de credibilidad hemisférica, la Organización de los Estados Americanos (OEA) comenzó el miércoles su 51.ª Asamblea General con Guatemala como anfitriona y en modo virtual. El jueves, un tema que centró los discursos fue la crisis boliviana de 2019 que derivó en la dimisión del expresidente Evo Morales y la consecuente imposición de un gobierno de facto, presidido por Jeanine Áñez, actualmente en la cárcel por su papel en el golpe de Estado.
El canciller boliviano, Rogelio Mayta, cuestionó el papel “gravitante inadecuado” del ente hemisférico y afirmó que La Paz no dejará de reclamar la injerencia del secretario general de la OEA, Luis Almagro, en la crisis de 2019.
“Quiero llamarles a reflexionar sobre el sentido de la Organización de Estados Americanos, pensar sobre si cumple efectivamente sus propósitos y principios”, declaró el jefe de la Diplomacia boliviana.
Lamentó también que para la OEA es como si todos los problemas centrales del continente estuviesen lejanos, por lo que, insistió en que “es buen tiempo para repensarla”.
Bolivia con Luis Arce en el poder tras nuevos comicios en 2020, acusa a la OEA y, en particular a Almagro, por haber emitido un informe preliminar en el que se asegura hubo fraude electoral en las elecciones bolivianas de 2019, ganadas por Morales, lo cual agravó una crisis que lideraba la derecha con el apoyo de militares y policias y que terminó en la renuncia de Morales el 10 de noviembre de aquel año. Sin embargo, varios estudios periciales externos, han determinado que no existen indicios que sostengan la premisa del jefe de la OEA.
Si no fuera por la OEA, no habría ocurrido lo de Bolivia
A su turno, el mismo jueves, el ministro de Asuntos Exteriores de Argentina, Santiago Cafiero, denunció el “triste” papel de la OEA “al apoyar la interrupción al orden democrático” en el país andino en 2019, y rechazó la imposición de sanciones, alertando que solo perjudican el disfrute de los derechos básicos de las poblaciones más vulnerables.
Cafiero remarcó que si la OEA se hubiera mantenido fiel a sus principios, entre ellos los de no injerencia en los asuntos internos tanto de sus Estados miembro, como del resto del país, no habría ocurrido lo de Bolivia, “una vergonzosa página” en la historia latinoamericana, señaló.
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México afea postura “parcializada” de OEA respecto a Bolivia
Argentina y Bolivia no fueron los únicos que reclamaron a la OEA por su postura en el golpe de Estado en Bolivia de 2019. La representante permanente de México ante la organización regional, Luz Elena Baños Rivas, puso también en tela de juicio la labor de la OEA y acusó a Almagro de haberla “dañado profundamente” por su postura “parcializada” durante a la crisis política de Bolivia en 2019.
Varias investigaciones han descartado el informe de OEA sobre Bolivia. El más reciente, un foro celebrado en octubre debatió el informe del organismo hemisférico que alimentó el golpe de Estado contra Morales y aseguró no haber encontrado evidencias a favor de un fraude electoral en los comicios del 2019.
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