Atenas, capital de Grecia, se ha despertado medio paralizada. Los funcionarios públicos y empleados privados están en huelga general en todo el país. El metro y el tren funcionan de forma parcial y los ferris siguen amarrados en los puertos. Hasta los hospitales y escuelas se han visto afectados por la huelga.
Miles de personas, convocadas por los principales sindicatos, se han manifestado en el centro de la capital. Protestan contra la política de austeridad y los cambios en el mercado laboral que exigen los acreedores internacionales.
Las protestas y la huelga tienen lugar mientras el Gobierno y los acreedores, formados por representantes del Fondo Monetario Internacional, el Banco Central Europeo y la Unión Europea, negocian un paquete de reforma laboral que incluye reducción salarial y aumento de impuestos. Estas instituciones han pedido incluso a Atenas que revise los derechos laborales para reducir las posibilidades de huelgas y facilitar despidos masivos.
kmd/mla/nal