En un comunicado emitido el domingo, el Ministerio de Defensa de Turquía anunció el despliegue de fuerzas adicionales en Irak como parte de la llamada “Operación Garra de Tigre”, ofensiva terrestre que lanzó Ankara el 17 de junio en el norte de Irak para acabar con los “terroristas” (así los considera Turquía) del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK, por sus siglas en kurdo).
La ofensiva turca involucra comandos y unidades aéreas, como helicópteros, cazas y aviones teledirigidos (drones). La semana pasada, las aeronaves atacaron 81 objetivos del PKK y mataron a un gran número de milicianos kurdos, según Ankara.
La cartera turca publicó el domingo un vídeo en el que muestra a sus fuerzas preparándose para participar en dichos operativos.
Turquía opera en suelo iraquí aun cuando el Gobierno de Bagdad ha expresado una y otra vez su firme rechazo y repudio a lo que considera una violación de su soberanía.
El Gobierno semiautónomo del Kurdistán iraquí también ha denunciado que las operaciones militares turcas en las áreas fronterizas han dejado varios civiles muertos y heridos.
El domingo, cientos de personas se manifestaron en las calles para protestar contra los ataques turcos, una “violación bárbara y flagrante de la soberanía iraquí”, según reporto la cadena de televisión libanesa Al-Mayadeen.
“El bombardeo de las regiones septentrionales de Irak es una muestra el comportamiento y de las políticas de Ankara hacia sus vecinos, pues su intervención en Siria y Libia deja claro que estos bombardeos no son decisiones repentinas, sino premeditadas”, denunció el domingo Ali al-Qanemi, miembro del Comité de Seguridad y Defensa del Parlamento iraquí.
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