La destrucción de la presa de Nova Kajovka, que se encuentra en la región de Jersón, ha tenido diversas reacciones de las autoridades rusas.
Desde que ocurrió el incidente, el Gobierno del presidente Vladímir Putin lo niega y asegura que fue por los fracasos de Kiev durante los últimos meses de combates.
Más allá de las reacciones, la presa tiene una importancia estratégica en el conflicto, ya que mantiene el nivel del embalse que provee de agua para el centro nuclear más importante de Europa, la de Zaporiyia.
Fue un sabotaje deliberado por parte del país eslavo, así lo ha anunciado el portavoz del Kremlin.
Además, desde la Defensa rusa llegan declaraciones sobre el incidente. El jefe de las Fuerzas Armadas de Rusia, Serguéi Shoigu, declaró que sus tropas frustraron el intento de ofensiva de Ucrania, enfatizando en que el principal motivo fue el fracaso de Kiev en la batalla.
Asimismo, anunció las pérdidas sufridas por la parte ucraniana, agregando que, en tres días de combate, las pérdidas ascendieron hasta los 3715 soldados, 52 tanques, 207 vehículos blindados, 48 cañones de artillería de campaña y 53 drones.
Además, detalló que las fuerzas ucranianas empezaron a construir las posiciones de defensa en la orilla derecha del río Dniéper, lo que muestra su intento de pasar a la defensa allí.
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