La última cumbre de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), que tuvo lugar el lunes en Bruselas (Bélgica), se refirió directamente a Rusia como una “amenaza”, mientras que señaló por primera vez a China como un “gran desafío” para la Alianza.
De hecho, los miembros de la OTAN reclamaron que las acciones de Rusia representa una amenaza para la seguridad del bloque militar, pero destacaron también la necesidad de “reforzar” su estrategia para contrarrestar el ascenso de China, so pretexto de los “desafíos sistémicos” que representa el país asiático para la seguridad de la Alianza. En este sentido, mencionaron que los nuevos desafíos de la OTAN son el desarrollo militar de China, así como su creciente influencia.
“La cumbre de Bruselas demostró una vez más el código genético de la OTAN: la Alianza no puede existir sin un ‘gran oponente’”, afirmó el martes el viceministro ruso de Asuntos Exteriores, Alexander Grushkó.
En unas declaraciones citadas por la agencia local de noticias TASS, Grushkó indicó que, en la actualidad, “el desafío chino fue añadido a la amenaza rusa” para los países de la Alianza Atlántica.
OTAN busca crear enfrentamientos artificiales
China, a su vez, reaccinó a la postura de los países europeos. La misión de China ante la Unión Europea (UE) acusó el martes a la OTAN de exagerar la teoría de la amenaza china y crear confrontaciones.
El gigante asiático exigió “racionalidad” a los Veintisiete a la hora de evaluar el desarrollo de China y denunció que los miembros del bloque militar utilizan los “legítimos intereses y derechos” del país como excusas para “manipular y crear enfrentamientos artificiales”.
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