“Se sabe que, para destruir con éxito un objetivo, el antimisil debe apuntar a un punto proactivo, es decir, es necesario calcular la trayectoria del objetivo y luego apuntar el misil a ese punto. En el caso de Avangard, ningún misil defensivo puede interceptarlo, porque viaja a una alta velocidad de varios kilómetros por segundo”, aclaró el jueves el miembro del Consejo de Expertos de la Comisión Militar Industrial de Rusia, Víctor Murajovski.
Otra arma rusa destacada por el experto que también es capaz de romper la defensa antiaérea de Estados Unidos es el misil de crucero de alcance intercontinental Burevestnik. De acuerdo con el experto, teóricamente es posible desarrollar un sistema de defensa antiaéreo capaz de cubrir todas las direcciones, pero ni siquiera “diez presupuestos militares estadounidenses” serían suficientes para ello.
Las rutas de Burevestnik se han creado para poder sortear todas las áreas. Por lo tanto, para proteger todo su territorio, los estadounidenses necesitarían crear “un campo de radar ininterrumpido a bajas altitudes y sistemas de defensa antiaérea” que puedan manejar todas las direcciones, enfatizó Murajovski.
Al mismo tiempo, el experto militar señaló que Rusia no tendría que gastar mucho dinero en armas avanzadas, ya que todos estos sistemas fueron originalmente diseñados no para atacar, sino para represalias inexorables.
Estas palabras de Murajovski se produjeron en respuesta al anuncio del jueves del presidente ruso, Vladimir Putin, sobre el anuncio de nuevos armamentos del Ejército ruso para frenar las futuras amenazas que podrían representar las armas hipersónicas norteamericanas.
De hecho, Rusia se está dedicando a modernizar sus equipos militares y a mejorar su capacidad ofensiva y defensiva, dadas las tiranteces que mantiene con el Occidente por temas como las crisis en Siria y Ucrania, situaciones que han conducido a ambas partes al borde de la guerra.
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