“El ciclo de actividad anual de la OTAN incluye unos 250 ejercicios, y entre julio y noviembre se realizarán 18”, ha informado este martes el embajador ruso ante la OTAN, Alexandr Grushkó.
Según el diplomático ruso, la Alianza Atlántica “está inmersa” en cumplir el artículo 5 sobre la defensa colectiva de este bloque, tratando así de mejorar sus capacidades militares para hacer frente a “un enemigo fuerte, Rusia”.
Grushkó ha explicado, asimismo, que estos ejercicios militares muestran no solo la política de disuasión hacia la Federación Rusa sino que representan el desarrollo de las actividades militares de los integrantes de la OTAN en conjunto.
El ciclo de actividad anual de la OTAN incluye unos 250 ejercicios, y entre julio y noviembre, se realizarán 18”, anuncia el embajador ruso ante la OTAN, Alexandr Grushkó.
Lo que buscan los países de la Alianza, a juicio del funcionario ruso, es imponerse en el teatro de operaciones y asegurar la presencia de las fuerzas de forma permanente a lo largo de la frontera con Rusia.
“No es otra cosa que la exhibición del músculo militar” frente a Moscú, ha recalcado Alexandr Grushkó.
Las tensiones entre Rusia y el Occidente se desataron en 2014, tras años de roces, con lo que Rusia considera un golpe de Estado prooccidental en Ucrania con implicación estadounidense, que hizo surgir movimientos independentistas en el este del país y la adhesión a Rusia de Crimea.
Moscú llevaba además lustros denunciando la expansión de la OTAN hacia sus fronteras, pese a promesas previas de que eso no sucedería.
El pasado 10 de julio, Washington desplegó por primera vez una batería de su sistema antimisiles Patriot en Lituania, integrada en la OTAN en 2004, indignando aun más a Rusia que ve estos movimientos muy cerca de sus fronteras como una amenaza en su contra.
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