El domingo, el diario alemán Die Welt anunció que Alemania publicará pronto la nueva versión del Libro Blanco de 80 páginas, en el que define los principios de las líneas estratégicas del país, y en este Alemania considera a Rusia como un “rival” en vez de “socio”, tal y como había estipulado en la edición anterior, del año 2006.
“Creo que la nueva edición del Libro Blanco incluso llega tarde, pues Alemania es uno de los ejecutores claves de la llamada política oriental de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte)”, indicó en la misma jornada del domingo el primer jefe adjunto de la facción Rusia Unida en la Duma Estatal de Rusia, Franz Klintsevich, a la agencia local de noticias Ria Novosti.
Creo que la nueva edición del Libro Blanco incluso llega tarde, pues Alemania es uno de los ejecutores claves de la llamada política oriental de la OTAN”, indicó el primer jefe adjunto de la facción Rusia Unida en la Duma Estatal de Rusia, Franz Klintsevich.
Al recordar que si no fuera por Alemania, el bloque militar hubiera tenido problemas para acercarse a las fronteras rusas, el alto funcionario ruso afirmó que Rusia, en realidad, no es un “socio” sino un “rival” para Alemania desde hace tiempo. “Con un socio se comporta de una manera totalmente distinta”, recalcó.
Al respecto, Klintsevich enfatiza que el Kremlin no dejará sin respuesta esta decisión antirrusa de Berlín.
Por su parte, el vicepresidente primero del Comité de Defensa del Senado de Rusia, Evgueni Serébrennikov, citado también por Ria Novosti, comentó que el nuevo giro en las políticas exteriores alemanas arraiga en las “intrigas de los círculos antirrusos” auspiciados por Estados Unidos en el país europeo y enfatizó que los alemanes no comparten la misma postura que las autoridades de su país.
La jefa del Comité de Seguridad de la Duma de Estado (Parlamento ruso), Irina Yarovaya, a su vez, calificó de “nefasta” la decisión de Alemania de incluir a Rusia entre las “amenazas” globales dirigidas contra su nación.
En vísperas del 75º aniversario de la invasión nazi de la antigua Unión Soviética (URSS), el 22 de junio de 1941, la política rusa llamó a los políticos alemanes a actuar con más responsabilidad y advirtió de que “los pueblos siempre pagan un precio muy alto por los intentos de girar el volante de la ambición política”.
Las tensiones entre Occidente y Rusia han alcanzado niveles no vistos desde la Guerra Fría a partir de marzo de 2014, tras la adhesión de la Península de Crimea a Rusia. Agudizadas, además, después de que la OTAN activara el sistema antimisiles estadounidense Aegis Ashore en la base de Deveselu, en Rumanía, a unos 600 kilómetros al oeste de la península rusa de Crimea.
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