Pezeshkian y los miembros de su gabinete se han personado este sábado en el mausoleo del gran fundador de la República Islámica de Irán, el Imam Jomeini (P), situado en el sur de Teherán, capital, para rendirle homenaje y renovar su compromiso con los ideales de la Revolución Islámica.
El presidente iraní ha recordado a los mártires iraníes y ha visitado las tumbas del expresidente del Poder Judicial del país, el ayatolá Seyed Mohamad Beheshti; el exmandatario Mohamad Ali Rayai; el ex primer ministro Mohamad Yavad Bahonar y las víctimas mortales del atentado terrorista acaecido el 28 de julio de 1981 contra la sede del Partido de la República Islámica en la capital.
En declaraciones ofrecidas en el acto, Pezeshkian ha llamado a preservar la unidad de la comunidad islámica, recalcando que la fuerza proviene de mantenerse unido frente a los demás. “Los musulmanes son hermanos entre sí”, ha subrayado.
En otra parte de sus afirmaciones se ha referido a la situación en la región, y ha recalcado que un régimen pequeño como Israel no puede desafiar a todos los musulmanes de la región.
“Si estamos unidos y nos mantenemos unidos contra semejante régimen, sus bombas y misiles no podrán lograr nada”, ha asegurado el mandatario persa, destacado la resistencia del pueblo palestino ante las atrocidades protagonizadas por Israel en los últimos 15 meses en Gaza.
Pezeshkian ha aseverado también que Irán superará las sanciones y presiones con el apoyo del pueblo y las directrices del Líder de la Revolución Islámica, el ayatolá Seyed Ali Jamenei.
Irán celebra el aniversario de la Revolución Islámica
El pueblo iraní festeja desde el viernes la ‘Década del Alba’, que comprende el periodo de diez días que va desde el regreso del Imam Jomeini a Teherán del exilio en París, capital de Francia (1 de febrero de 1979), hasta el triunfo de la Revolución Islámica (11 de febrero de 1979). De hecho, la nación iraní conmemorará este año el 46.º aniversario del triunfo de su Revolución Islámica.
El Imam Jomeini fue un teólogo y un clérigo destacado en el mundo chií que dedicó varios años de su vida a enfrentarse al régimen monárquico de Pahlavi.
Pasó 14 años en el exilio, sobre todo en la ciudad santa de Nayaf (Irak). Pero, también tuvo que vivir en países, como Turquía y Francia, antes de volver a Irán. A su regreso, fue recibido por millones de personas en Teherán.
Su vuelta intensificó las protestas populares contra el régimen dictatorial de Pahlavi, lo que provocó su caída diez días después.
La Revolución Islámica, que arrojó al basurero de la historia al potentado angloamericano Pahlavi, es vista hoy como una poderosa fuerza imparable en la región de Asia Occidental y en todo el mundo.
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