“Está claro que estas acusaciones forman parte de la campaña electoral en Estados Unidos y persiguen fines políticos específicos, por lo que ni siquiera merecen una respuesta”, ha respondido Naser Kanaani al Secretario de Estado de los EE.UU., Antony Blinken, quien acusó al país persa de estar detrás de un plan para asesinar a Trump.
Ha añadido que formular estas atribuciones equivocadas y lanzar acusaciones políticas en la situación volátil actual de la región no reduce en lo más mínimo la responsabilidad internacional del gobierno de EE.UU. por su colaboración, apoyo y participación en los crímenes internacionales cometidos por el régimen sionista en Palestina y Líbano.
“La opinión pública global responsabiliza al gobierno estadounidense y a sus funcionarios de estos desastres humanitarios”, ha enfatizado.
Ha subrayado que “las representaciones teatrales y los guiones ridículos y sin fundamento del gobierno estadounidense contra la República Islámica no alterarán la determinación de Irán para perseguir judicial, legal e internacionalmente a los autores y responsables de los crímenes cometidos contra el pueblo iraní. El paso del tiempo tampoco protegerá a los criminales de ser procesados y castigados”.
El 13 de julio, Trump sobrevivió a un intento de asesinato mientras hacía campaña en Butler, Pensilvania, y sufrió solo una lesión leve en la oreja. Posteriormente, varios funcionarios estadounidenses e informes de los medios acusaron a la República Islámica de haber ideado un complot para asesinar al exmandatario republicano.
Irán rechaza rotundamente las acusaciones de haber planeado algún complot para asesinar a Donald Trump, pero promete perseguirlo legalmente por el asesinato del general Soleimani en 2020.
El 3 de enero de 2020, el general Soleimani, comandante de la Fuerza Quds del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán, fue asesinado junto con sus compañeros en un ataque con drones estadounidenses autorizado por el entonces presidente estadounidense Donald Trump en Irak.
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