“Irán está decidido a perseguir seriamente este grave crimen, particularmente en el ámbito internacional. Creemos que todos los tribunales que no condenen este crimen perderán su competencia moral y profesional”, ha dicho este miércoles el vicepresidente de Asuntos Legales de Irán, Mohamad Dehqan.
Hablando en una reunión con la participación de un grupo de abogados y académicos iraquíes en Teherán, la capital de Irán, el político dijo que Estados Unidos y otras potencias arrogantes están utilizando mecanismos legales internacionales como herramienta para avanzar en su agenda.
Al desarrollar su postura, ha afirmado que los estadounidenses son el eje del terrorismo en el mundo y la sangre de miles de mujeres y niños inocentes está en sus manos, esto mientras fingen ser defensores de los derechos humanos y sancionan a los países bajo el pretexto de violaciones de DD.HH.
Tras elogiar los esfuerzos del gobierno y el poder judicial iraquíes para dar seguimiento al caso del asesinato y expresó la esperanza de que estos esfuerzos den frutos para los dos países.
En este sentido, ha declarado que Occidente carecía de autoridad moral para actuar como árbitro en litigios relacionados con países musulmanes agregando que Irán e Irak pueden ampliar aún más su cooperación legal y establecer un tribunal de justicia regional con la ayuda de otros países musulmanes para abordar las disputas entre ellos e investigar los crímenes en la región.
El comandante de la Fuerza Quds del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán, el teniente general Qasem Soleimani, y Abu Mahdi al-Muhandis, subcomandante de las Unidades de Movilización Popular (Al-Hashad Al-Shabi, en árabe) de Irak, junto con sus compañeros cayeron mártires en un ataque perpetrado el 3 de enero de 2020 ordenado por el entonces presidente de EE.UU. Donald Trump (2017-2021), en Bagdad, la capital iraquí.
Unos meses después del incidente, el Consejo Judicial Supremo de Irak informó el 20 de julio de 2020 que Bagdad había coordinado un procedimiento legal con el Poder Judicial de Irán, para que los dos países presentasen una demanda conjunta contra Estados Unidos por el asesinato de sus prominentes generales y compañeros.
Ambos comandantes eran admirados por las naciones musulmanas por haber eliminado al grupo terrorista Daesh, patrocinado por Estados Unidos, en la región de Asia Occidental, especialmente en Irak y Siria.
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