Los participantes en actos fúnebres aseguraron que la violencia no les disuadirá de defender la Revolución Islámica hasta la última gota de sangre.
Las protestas iniciadas en Irán a finales de septiembre, por la muerte de Mahsa Amini, han devenido hechos vandálicos y ataques terroristas en diferentes ciudades del país. Decenas de personas, entre civiles y defensores de la Seguridad, han perdido la vida en esos actos violentos. Este domingo, decenas de miles de personas de la ciudad de Isfahán y las urbes adyacentes acudieron a los actos fúnebres de tres fuerzas de seguridad que perdieron la vida el 15 de noviembre en un acto terrorista.
Contrario al deseo de los terroristas y sus patrocinadores occidentales y regionales, los enlutados aprovecharon la ocasión para rechazar recientes actos terroristas y vandálicos y expresaron su lealtad de la República Islámica.
Además, exigieron castigo para los autores de estos actos terroristas, cuyo objetivo es la desintegración total de Irán.
Como en anteriores casos similares, las fuerzas de Inteligencia del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán detuvieron a los terroristas involucrados en el atentado de Isfahán.
Irán denuncia el silencio cómplice de mecanismos pro derechos humanos del mundo ante la matanza indiscriminada de los civiles, entre ellos mujeres y niños, a manos de hombres armados. En algunos casos los autores físicos e intelectuales de estos actos violentos no tienen la nacionalidad iraní, y coordinan su actuación con grupos extremistas y terroristas como Daesh.
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