A través de un comunicado emitido el domingo a la revista estadounidense Newsweek, la representación permanente de la República Islámica de Irán ante la Oficina de las Naciones Unidas en Ginebra (Suiza) reaccionó a un artículo que el medio publicó con motivo de la reunión anual del Muyahidín Jalq (MKO, por sus siglas en inglés), organizada el 10 de julio, en el que se examina los antecedentes y actividades de este grupo y se trata de responder a las acusaciones en su contra.
Bahram Heidari, consejero cultural de la representación iraní, destacó en el documento enviado que la organización MKO sigue manteniendo su carácter terrorista y ha cooperado con el régimen de Israel en el asesinato de científicos nucleares iraníes.
Aseveró que la cumbre del grupo terrorista desveló la profundidad del declive político de Estados Unidos y la bancarrota política y moral de los enemigos de Irán, que son fácilmente engañados por un grupo tan odiado por cometer crímenes terroristas como asesinatos, bombardeos y sabotajes, y que ha acabado con la vida de miles de iraníes.
“El MKO mantiene su carácter terrorista y ha seguido llevando a cabo asesinatos dentro de Irán, incluido el asesinato de científicos iraníes con complicidad del régimen israelí. Sin embargo, Estados Unidos y la Unión Europea han tratado de ignorar y purificar la naturaleza terrorista de esta secta terrorista y utilizarla como palanca contra Irán”, agregó.
Heidari también repudió las acusaciones contra el diplomático iraní Asadolá Asadi, que se encuentra en prisión en Bélgica desde octubre de 2018, de haber amenazado al Gobierno belga, y las describió como una conspiración tramada por el MKO y ciertos servicios.
En un artículo explosivo, publicado en el periódico estadounidense The Washington Examiner, Michael Rubin, analista del laboratorio de ideas American Enterprise Institute (AEI), alertó que el grupo terrorista Muyahidín Jalq no es nada más que un “barómetro de la corrupción” en Estados Unidos.
Según el texto, funcionarios y exfuncionarios del Gobierno de EE.UU. participan en las reuniones de estos elementos antirrevolucionarios y, dando un discurso corto en contra de la República Islámica, reciben “salarios de cinco a seis dígitos […] este es un negocio lucrativo”.
El MKO tiene las manos manchadas con la sangre de más de 17 000 civiles y autoridades iraníes, tras la Revolución Islámica (1979).
No obstante, este infame grupo terrorista disfruta actualmente de libertad de actividad en Albania después de ser eliminado de la lista negra de la Unión Europea y de Estados Unidos en 2009 y 2012, respectivamente.
Los miembros de este grupúsculo llevan una campaña de difamación contra Teherán para mostrar la organización como la única alternativa.
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