El régimen israelí avanza en la construcción de nuevos asentamientos ilegales en el norte de la Cisjordania ocupada. Beduinos palestinos dedicados a labores de pastoreo temen que la presencia de los colonos y el ejército sionista socaven sus medios de subsistencia, obligándolos a abandonar sus tierras en el poblado de Bardala, en el extremo norte del territorio ocupado.
Los nuevos puestos de avanzada israelíes y las patrullas de las fuerzas de ocupación restringen el movimiento de los pastores y sus rebaños, y bloquea el acceso a las fuentes de agua y alimento. Eso, unido a los ataques e intimidación que ejercen los colonos contra los pobladores nativos.
Con cada avance de los asentamientos y carreteras israelíes en Cisjordania, el territorio se vuelve más fracturado, socavando las perspectivas de una tierra contigua en la que los palestinos puedan construir un estado soberano. Sin embargo, la ocupación no lacera la voluntad de los palestinos de permanecer aferrados a su tierra.
En las últimas semanas, las incursiones del ejército israelí en los campos de refugiados cercanos a ciudades como Yenín, Tulkarem y Tubas, han obligado a decenas de miles de personas a huir de sus hogares, en medio de las renovadas pretensiones de la entidad sionista de anexarse Cisjordania, territorio ocupado desde 1967.
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