La agencia estadounidense de noticias The Associated Press (AP) anunció el lunes haber tenido acceso a una carta firmada por 200 militares del ejército israelí, en la que se negaron a seguir combatiendo en la Franja de Gaza por sus sentimientos de culpa por los crímenes de guerra y el genocidio cometidos por el régimen en el enclave durante los últimos 15 meses del conflicto.
Algunos de los soldados que hablaron con la AP narraron cómo las autoridades castrenses les dieron la instrucción de disparar contra cualquier persona, ya sea armada o desarmada, que ingresara sin autorización en una franja de contención bajo control de Israel en Gaza, el corredor de Netzarim, un camino que divide al norte y el sur de Gaza.
En esta línea, Yotam Vilk, uno de los firmantes de la carta, dijo a la AP que vio al menos a 12 personas muertas, incluida a un adolescente palestino desarmado, a los que los soldados dispararon intencionalmente por acercarse al corredor. Señaló que la imagen del adolescente muerto ha quedado grabada permanentemente en su mente.
Vilk es parte de un creciente número de soldados israelíes que se oponen a la guerra genocida israelí en Gaza y se niegan a seguir siendo parte de él, asegurando que vieron o tuvieron que hacer algunas cosas que cruzaron las líneas éticas.
Los organizadores de la campaña de desobediencia al ejército han dejado claro que los soldados dejarían de combatir en caso de que el gabinete israelí no concrete un alto el fuego en Gaza, y aseguran que más soldados se unirán a su colectivo, advirtiendo que esto es apenas la punta del iceberg.
Citando por la AP, siete firmantes de la misiva describieron cómo los palestinos fueron asesinados indiscriminadamente. Varios dijeron que recibieron órdenes de quemar o demoler casas que no representaban una amenaza, y vieron a otros soldados saquear y vandalizar algunas residencias.
Un exsoldado de infantería habló con la AP sobre sus sentimientos de culpa. Dijo que durante su despliegue de dos semanas a finales de enero de 2023 vio cómo se quemaron innecesariamente unos 15 edificios. Aseguró que si tuviera la oportunidad de hacerlo de nuevo, no habría ido a la guerra.
“No encendí la cerilla, pero estuve de guardia fuera de la casa. Participé en crímenes de guerra”, dijo el militar, quien habló bajo condición de anonimato por miedo a represalias. “Lamento mucho lo que hemos hecho”.
Los indiscriminados bombardeos israelíes han asesinado a 46 584 palestinos, en su mayoría mujeres y niños, desde el inicio de la guerra, mientras que el régimen ha intensifico los ataques a centros de salud, escuelas, y mezquitas, entre otros objetivos declarados como “zonas seguras” en Gaza.
Grupos internacionales de derechos humanos han acusado a Israel de crímenes de guerra y genocidio en Gaza. La Corte Internacional de Justicia (CIJ) investiga las acusaciones de genocidio que presentó Sudáfrica, mientras que la Corte Penal Internacional (CPI) ha ordenado el arresto del primer ministro del régimen, Benjamín Netanyahu, y del exministro de asuntos militares Yoav Gallant, por su responsabilidad en los crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad contra el pueblo palestino.
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