• Nuevos edificios en construcción en el asentamiento de Beit El, en la ocupada Cisjordania, 13 de octubre de 2020. (Foto: AFP)
Publicada: martes, 1 de junio de 2021 18:13

Pese a denuncias internacionales, Israel ha sentado las bases de un nuevo proyecto para construir 350 viviendas ilegales más en la Cisjordania ocupada.

El ministro israelí de salud, Yuli Edelstein, el ministro de seguridad pública, Amir Ohana, el ministro de educación, Yoav Gallant, y el ministro de cooperación regional, Ofir Akunis, junto al presidente del parlamento, Yariv Levin, y otros legisladores han participado este martes en la ceremonia de inauguración de la construcción de nuevas unidades de viviendas, según el Canal 20 de la televisión israelí.

Las edificaciones se erigirán en el asentamiento de Beit El, cerca de la ciudad de Ramalá, ubicada en el norte de la ocupada Cisjordania, pese a la protesta internacional contra las actividades ilegales de expansión de asentamientos del régimen de Tel Aviv en los territorios ocupados palestinos.

Hablando en la ceremonia, Edelstein, que es miembro del gobernante partido Likud, ha indicado que los asentamientos y la tierra ocupada por la entidad israelí “son más importantes que cualquier persona o situación política”.

Galant ha afirmado, por su parte, que su equipo había fortalecido la construcción de asentamientos en el barrio de Beit El.

 

El régimen israelí ya había aprobado la construcción de estas nuevas 350 unidades para los colonos a finales de 2020.

Israel ocupó Cisjordania en la guerra de los Seis Días, en 1967, y, a partir de entonces, ha ido sucesivamente ampliando el tamaño y el número de sus asentamientos ilegales en la región.

Más de 600 000 israelíes viven en más de 230 asentamientos construidos desde la ocupación de Cisjordania y el este de Al-Quds (Jerusalén).

Israel ha intensificado sus actividades de construcción de asentamientos ilegales desafiando la Resolución 2334 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (CSNU), que declara que los asentamientos en Cisjordania y la ocupada Al-Quds constituyen “una flagrante violación del derecho internacional”.

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