“Lo digo con mucha tristeza, la decisión está justificada. No quiero que Israel se enfrente a estas situaciones (...), pero Israel debe preguntarse qué debe hacer para evitar esto”, declaró el fin de semana el presidente del partido de izquierda israelí Meretz, Nitzan Horowitz.
Sus declaraciones se refieren al comunicado de la fiscal general de la Corte Penal Internacional (CPI), Fatou Bensouda, en el que anunció la apertura de una investigación sobre los crímenes de guerra de Israel en la Palestina ocupada.
Asimismo, Horowitz subrayó que había actos que no deberían haberse hecho, puesto que se había causado un daño masivo a la población civil. “La solución para nosotros no es decir que La Haya es antisemita, sino avanzar en las negociaciones con los palestinos que permitan encontrar una solución. Entonces no habrá más motivos para recurrir a La Haya”, aseguró el legislador israelí.
Los comentarios de Horowitz provocaron un alboroto generalizado entre los diputados de los diversos partidos políticos del régimen de Israel, principalmente de derecha.
El partido Likud del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, reaccionó a los comentarios, considerando que Horowitz “está abandonando a los soldados que lo protegen a él, ya a todos nosotros”, además, subrayó que el primer ministro luchará contra la medida la CPI que tachó de “antisemita”.
En esta línea, Gideon Saar, jefe del partido Nueva Esperanza, tildó las declaraciones de Horowitz de “miserables”, y pidió al líder izquierdista que se disculpara por “apoyar una decisión antisemita”.
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