El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, desveló el 28 de enero, su ‘plan de paz’, bautizado como el ‘acuerdo del siglo’, que busca prácticamente liquidar la causa palestina, pues ignora todos sus derechos, incluyendo su derecho al retorno y la formación de un Estado, con Al-Quds (Jerusalén) como capital.
El ministro palestino de Asuntos Exteriores, Riad al-Maliki, ha indicado este jueves que el presidente de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) ha elaborado un plan alternativo y pide al jefe de la Diplomacia de la UE, Josep Borrell, que lo apoye.
El canciller ha hecho hincapié en la importancia de “establecer un mecanismo internacional” para “salvar el proceso de paz”, pues, la iniciativa estadounidense es un plan “parcial” que “favorece solo a la política israelí” de expandir los asentamientos y el colonialismo, ha denunciado Al-Maliki.
Ante tal coyuntura, Al-Maliki ha pedido al bloque comunitario “adoptar pasos prácticos” para frenar el expansionismo israelí en las tierras palestinas y ha matizado la importancia de reconocer un Estado palestino independiente dentro de las fronteras de 1967 por todos los países miembros de la UE.
La iniciativa de Abás, de acuerdo con Al-Maliki, consiste en celebrar una conferencia internacional basada en las resoluciones del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU) y la Iniciativa de Paz Árabe de 2002.
El plan alternativo de Palestina, de hecho, promete la celebración de una conferencia internacional de paz bajo las auspicias del Cuarteto, que incluye EE.UU., Rusia, la UE, la Organización de las Naciones Unidas (ONU), y los miembros permanentes del CSNU, “en presencia de Palestina e Israel”, señala.
Con fecha anterior, Abás indicó que “el plan de EE.UU. legaliza lo que es ilegal: los asentamientos, la confiscación y la anexión de las tierras palestinas”.
A su vez, la rabino Alissa Wise, miembro de la organización judía estadounidense Jewish Voice for Peace (Voz judía por la paz, en español), ha tachado de apartheid el plan y añadido que “las tierras palestinas no son de Trump para cederlas, ni del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, para robarlas”.
El futuro medio Estado palestino previsto en el llamado ‘plan de paz’, de hecho, sería un conjunto de ciudades rodeadas completamente por Israel, un Estado desmilitarizado sin ninguna frontera con el exterior ni control sobre su espacio aéreo. Tampoco contaría con bases geográficas para sostener una economía viable, ni con libertad de movimientos ni prerrogativas para presentar denuncias contra Israel o EE.UU. ante las organizaciones internacionales.
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