“La nueva ley no cambiará la situación histórica de Al-Quds (Jerusalén) como la capital del estado palestino ocupado y no desanimará al pueblo palestino de seguir su lucha contra la ocupación israelí y establecer su estado independiente”, afirmó el mandatario palestino en un comunicado.
Abás consideró la legislación israelí como otra forma de conspiración contra la “causa nacional” palestina, especialmente contra los lugares sagrados de Al-Quds.
Pidió a la comunidad internacional presionar a Israel para que ponga fin a sus leyes racistas y obligarlo a aplicar las resoluciones de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
La nueva ley no cambiará la situación histórica de Al-Quds (Jerusalén) como la capital del estado palestino ocupado y no desanimará al pueblo palestino de seguir su lucha contra la ocupación israelí y establecer su estado independiente”, afirmó el presidente de Palestina, Mahmud Abás.
Enfatizó que el derecho al retorno de los refugiados palestinos es un derecho sagrado e inquebrantable que fue garantizado en la Resolución 194 de la Asamblea General de la Naciones Unidas (AGNU), que reconocía el derecho legítimo de palestinos a volver a sus hogares ocupados por el régimen de Israel.
El jueves también, el secretario general de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Saeb Erekat, describió la ley como “peligrosa y racista por excelencia”. “La ley legaliza de forma oficialmente el apartheid y define legalmente a Israel como un sistema de apartheid”, ha precisado a través de un mensaje en la red social Twitter.
La nueva ley israelí estipula que solo los judíos tienen “derecho exclusivo a la autodeterminación nacional” en los territorios palestinos ocupados por Israel y elimina el árabe de las instituciones y escuelas, reconociendo en su lugar el hebreo como idioma oficial. También declara la ciudad de Al-Quds como la capital del régimen de Tel Aviv y apoya la construcción y ampliación de los asentamientos habitados por judíos.
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